
Empleo pretende recolocar ahora en la industria a los parados que vienen de la construcción
El número de desempleados en el ladrillo pasó de 14.000 a 17.000 el año pasado y se esperan más aumentos en 2008 La Junta forma a los ex trabajadores de Delphi y aún tiene pendiente un plan destinado a 4.000 operarios industriales
Actualizado: GuardarLa construcción ha encendido el piloto rojo. El cuento de los tres cerditos enseña que cuando se hacen las cosas rápido y sin cuidado la vida termina castigándolo; que una casa de madera o de paja no cuesta mucho edificarla, pero cae enseguida en cuanto sopla el primer viento. Lo mismo ocurre en el mundo real con cualquier burbuja económica y, en particular, con el boom inmobiliario: la especulación genera mucho dinero rápido y riqueza a espuertas. Sin embargo, sólo los más fuertes resisten cuando llega el pinchazo. Incluso más de un gigante tiembla, como ha ocurrido con grandes empresas de la Bolsa como Colonial o Astroc, cuyas acciones se han desplomado.
El negocio de la vivienda en España se tambalea. La noticia la habrá leído mucho durante estas semanas. También que las últimas cifras del paro adelantan momentos duros para el sector durante 2008. La provincia gaditana no será una excepción, pese a que los expertos, sindicatos y Administración creen que la ralentización será más suave aquí que en otras zonas más dependientes del ladrillo. Con todo, el frenazo está asegurado y la Junta de Andalucía, a través de la Delegación Provincial de la Consejería de Empleo, ya empieza a moverse ante lo que pueda venir y ha pensado en la industria como el mejor sitio donde resguardarse de la tormenta (algo así como el equivalente de la casa de cemento del cuento).
«Cada sector tiene su propia dinámica, pero lo que es indudable es que la industria va a dar un tirón importante durante los próximos años en la Bahía. Y eso hay que aprovecharlo», explica el delegado provincial Juan Bouza, quien ya planea un programa formativo específico de tareas vinculadas a este sector para paliar el desempleo que se generará bien en la construcción, bien en los servicios, que sufrirían los denominados efectos de segunda ronda.
Primero, la industria
El programa especial de formación se dirigiría primero, y una vez más, a los aproximadamente 4.000 demandantes de empleo en la industria más dispuestos a avanzar, a los que se intentaría cualificar de una forma específica. Para evitar que se reproduzcan situaciones como que empresas radicadas en la provincia tengan que buscar mano de obra especializada en el extranjero, la Delegación se pondrá en contacto con las empresas ya asentadas y las futuras, interesándose por sus necesidades e intentando cubrirlas antes de tiempo. Las intenciones son las mismas que hace medio año, cuando en plena efervescencia tras el cerrojazo de Delphi, la Delegación anunció un plan especial de formación para 4.000 operarios industriales del que no se supo mucho más. Incluso unos meses más tarde, cuando alguna empresa se quejó de que faltaba mano de obra y contrató en Polonia y México, se desató la polémica entre la Junta y los sindicatos por la ineficacia los ciclos impartidos en los últimos años. Igualmente, habrá que esperar a comprobar la utilidad de las enseñanzas a los ex trabajadores de la antigua factoría puertorrealeña.
El problema ahora es la construcción. Para ello, y una vez cubierta la cuota de parados industriales, se formaría a los trabajadores que procedan de otros sectores, a los que se podría reciclar más genéricamente. A este respecto, recuerda la Junta, se ha aprobado un Plan de Industrialización (a raíz de lo de Delphi) que prevé generar como mínimo 2.000 empleos directos y miles de indirectos. «Las oportunidades van a estar en la industria», señala el delegado provincial.
Pero, ¿qué ha movido al Gobierno regional a tomar esta decisión? En primer lugar, los datos de paro que se registraron en las oficinas del Sistema Andaluz de Empleo al cierre de 2007. Entonces, y en un solo mes, se apuntaron más de 2.000 parados vinculados a la construcción, dejando el número total de desempleados en 17.093 frente a los 14.013 con que se acabó 2006.
A la caza de estabilidad
A la espera de lo que ocurra en enero (diciembre siempre provoca repuntes en el paro por el fin de año en las obras), Bouza considera que hay que prepararse. Eso sí, y como sucede en todo el entorno del Gobierno central y autonómico, la palabra crisis es tabú para definir la situación futura. Para ello están otros vocablos como ralentización, aterrizaje suave o «normalización» y «tendencia de ajuste», en boca del delegado. La matización viene dada a raíz de las particularidades del sector constructor en la provincia, donde «hemos tenido un número de ocupados exageradamente elevado y el ajuste era de esperar». No en vano, el número de personas dedicadas al andamio ha pasado de las 25.000 de 1996 a 73.000 en septiembre de 2007, según el INE.
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