Cartas a la directora

Víctimas

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«Las cifras de mujeres muertas a manos de su cónyuge o análogo ha ido en aumento hasta el año pasado a pesar de las medidas legislativas adoptadas para reducir este serio problema».

Esta información pude leerla el otro día en un artículo que trataba sobre este tema pero creo que lo más impactante y preocupante que se puede inferir de este apartado anterior y que es lo que me ha impulsado a escribir esto es cuando dice, «a pesar de las medidas legislativas adoptadas». El ciudadano se pregunta en muchas ocasiones cuáles son esas medidas y el que tiene conocimiento de ellas se le suele escapar una risa bastante irónica cuando lee algo semejante.

Estos datos demuestran que la Justicia no es eficaz y que por tanto algo habrá que cambiar cuando el problema en vez de disminuir lo que hace es aumentar. Aunque, al margen de la Justicia, también hay que empezar a tratar el problema desde la posición de la víctima. Para ello es necesario educar a la mujer en materia de los malos tratos. Pero, ¿qué hace que la mayoría de las mujeres que no denuncian la primera, la segunda, la tercera, ...,bofetada? 

El miedo a la represalia. Y, ¿por qué este temor? ¿Acaso no confía en las medidas legislativas adoptadas? Como vemos es un problema bastante difícil de tratar que ni siquiera los expertos pueden solucionar. Esta lacra gira en espiral y cuando se alcanza en la lucha la eficacia de una parte, falla la otra y así sucesivamente. Indudablemente no podemos caer en la ignorancia y restar importancia a este problema que desgraciadamente se está convirtiendo en rutina o ya se convirtió hace algún tiempo, y así seguir luchando y aportando todo lo que esté en nuestra mano para erradicar sino, llevar a su más ínfima expresión esta lacra que quiero pensar que afecta profundamente a toda nuestra sociedad.

Juan Ramón Jiménez Reyes Chiclana