VUELTA DE HOJA

Reservado para patriotas

La caída del comando de pistoleros de la T-4 ha evitado una matanza en Madrid bastante bien organizada y la caída de la economía, no menos ruidosa, está evitando el ahorro. De lo primero nos alegramos todas las personas de bien, pero por lo segundo nos están regañando. ¿Como no guardamos para el día de mañana? La respuesta es bien sencilla porque vivimos al día y mañana es sábado.

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Hay un tipo de ahorro que procede de gloriosos excedentes y no tiene el menor mérito. Es como levantar una maleta haciendo fuerzas. Así cualquiera. En cambio hay otro tipo de ahorro, heroico pero tirando a siniestro, que se edifica con la privación. Tengo amigos, a los que no cito por su nombre porque para mí todos los amigos son sagrados, que han hecho algún dinerín con todos los caprichos que no se han concedido. Su reserva económica viene a ser como el monumento a sus renunciaciones y tienen en una cartilla el confortable guarismo que resume todas las cigalas que no se comieron, todos los viajes que aplazaron para después y todas las cosas que vieron en los escaparates sin decidirse a trasponer la entrada de la tienda. Chesterton decía que el ahorro es poético, porque es creador; y el derroche no es poético, porque es destructor. Allá él. Los grandes escritores no necesitan llevar razón en sus argumentos. Lo que no es tolerable es que el presidente Zapatero, cuya grandeza o bien será indemostrable o bien se demostrará más tarde, acuse de antipatriotas a quienes hablan de crisis económica. ¿Cómo guardar algo de lo que se tiene? Los españoles solamente ahorran al mes 10 euros de cada 100, cosa más fácil que guardar 100 de cada 10 de los que ganan. Unos porque saben eso de que la mortaja retiene bolsillos y otros porque han cosido los bolsillos de sus trajes de entresemana.