Opinión

La Glorieta | Ave, que viene el Ave, por Fernando Perals

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Al final llegará. No sabemos si lo verán nuestros nietos, pero cada día que se acerque a la fecha prevista, lo escucharemos, lo leeremos, lo sentiremos miles de veces, cientos de miles, quizá. El tren de alta velocidad ya tiene fecha para parar en Cádiz. Lo ha dicho la ministra más polémica de los últimos gobiernos. Magdalena, de cepa isleña y criada en Málaga, estuvo entre nosotros hace unos días y lo volvió a repetir: que sí, que tengamos paciencia, que ese tren que ha revolucionado las comunicaciones en todo el mundo, tendrá terminal en la trimilenaria ciudad. Que ni los fenicios creían lo rápido que iba esto de la tecnología.

Preparémonos para un futuro que no esté tan lleno de agujeros como un queso Gruyere, y si no que se lo pregunten a los zaragozanos, barceloneses y demás sufridores de socavones varios. Que el primero, el de aquella Sevilla de la Expo 92, fue el que menos problemas de corrimientos de tierra tuvo, aunque administrativamente también sufrió lo suyo. Aquello no fue un problema de vías, sino de comisiones perdidas en cajones de algún que otro político funcionario.

Será antes de 2012, la fecha más recordada posiblemente por nuestros hijos y nietos, la del impuso de toda la Bahía. La Pepa, al igual que aquellos fenicios, era una descreída en esto de la evolución humana.

¿Lo dejaremos todo para la efeméride bicentenaria? No habrá un antes y un después tan rompedor desde la revolución industrial del siglo XX. Y mientras, a seguir soñando que, además de ser gratis, es un magnífico ejercicio mental. Vamos, que ni el Braing training ése.