Al centro de Cádiz, ni en broma
Actualizado: GuardarQuisiera puntualizar algún dato sobre el artículo que publicó este diario hace unos días sobre el comercio de Cádiz. Soy de Cádiz y le cuento por qué el centro no puede con los centros comerciales, a ver. El problema no es la falta de aparcamiento, ni de trenes o autobuses. La escasa señalización, la restricción en el horario de los establecimientos del centro, la poca formación de los dependientes, son algunas de las carencias del centro. Para ilustrar la situación voy a citar un caso cercano.
Mi cuñada, el 31 de diciembre, decidió gastarse cien euros en un traje para despedir el año y acudió a una tienda del centro. Después de un rato viendo ropa, ella preguntó si podía utilizar el servicio del local a lo que contestaron que no. Ella dejó el traje,y se fue a un bar cercano donde le dejaron hacer uso del aseo previa consumición de un café por el que pago 1,20 euros, una cantidad que no le aseguró higiene ni papel en el baño a tenor del estado en el que se encontraba. Tras abandonar el bar y dar tres buches al café, evidentemente, no volvió a la tienda a gastar sus 100 euros, el trato de los dependientes no merecían este dinero. Más tarde intentaron robarle el bolso en la calle Compañía. Ya de recogida, tomó un atajo para llegar lo antes posible a la estación de trenes regresar a San Fernando, donde reside. Las calles que tomó eran un museo sin iluminación de orines de perros y suciedad. En este desagradable paseo se cruzó con el tonto del pueblo que le dedicó improperios que se podrán imaginar. Al salir al paso de peatones en el Palacio de Congresos, intentó cruzarlo cuando el muñeco peatón estaba en verde. Pero esto parece que para muchos no significa nada, porque un motorista sin casco y haciendo el caballito casi la atropella. Tras todo este periplo, llegó por fin estación.
Está totalmente convencida a partir de ahora sólo acudirá a Bahía Sur o El Corte Inglés de Cádiz.
Juan Carlos González Sánchez Cádiz