Tino Tovar Un comparsista con mucho tino
A pesar de su juventud, Tino Tovar es un autor veterano con un currículum envidiable y una carrera meteórica. El nacer en 1977 seguramente no fue fruto de la casualidad. Una fecha tan importante para Cádiz, no sólo por el movimiento democratizador que se vivía en toda España, sino porque la ciudad celebraba la recuperación del Carnaval en sus fechas y en libertad, tuvo repercusión en este joven carnavalero. Tampoco fue casualidad su nombre. Y es que donde Tino apunta con la pluma, ya sea en música o letra, consigue premio. Desde que llegó a la categoría de adultos con su comparsa ha conseguido ocho. Ha disfrutado de todos los puestos del podium. Ha sido primero dos veces con Los del año Catapúm y con El espíritu de Cádiz. Segundo con El cielo de Cádiz en el 98 vestidos de angelitos. Tercer premio en tres ocasiones. La primera con La botica en su primera final y en su segundo año en adultos. Aquel Carnaval fueron la revelación y pusieron de manifiesto que la juventud y la sencillez no están reñidas con el saber estar y el buen hacer. Aquellos boticarios comenzaron a marcar con su forma de cantar bajito un estilo propio y característico. Fue cuarto con Los musiquitas allá por el 99 y quintos con Los Aprendices.
Actualizado: GuardarSu matrimonio carnavalesco con la chirigota del Canijo, a la que le hace la música, ya lleva dos máximos galardones: el pasado Carnaval con Los Juan Palómez y en 2005 con Los que salimos por gusto, auténtico pelotazo. Aquel año difícilmente se le olvidará de la memoria a este historiador, ya que consiguió el primer premio por partida doble.
Detras de este impresionante currículum existe una larga trayectoria en infantiles y juveniles que se remontan a dos décadas atrás. A pesar de que su nombre está vinculado fuertemente con la comparsa, sus inicios fueron chirigoteros. La primera vez que pisó las tablas del teatro fue como componente en la chirigota juvenil Los que pasan del mundo en el desaparecido Andalucía, ya que el Falla se encontraba en obras. Su primer año como autor llegó dos carnavales después con la infantil Buscando un tipo desesperadamente. Sin embargo, no sería hasta el 93 con La caravana de los bohemios cuando se inició en la comparsa acusado de que su grupo cantaba demasiado bien y ser una chirigota acomparsada. Cosas del destino, después se le definiría como una comparsa achirigotada. Con los dos coloretes y bajo el nombre de Los callejeros debutó en adultos metiéndose al público en el bolsillo sin un nombre que les respaldara.
Buscador de la originalidad sin perder el sabor añejo, este año también formará parte, además de su comparsa y la chirigota del Canijo, del coro a pie, La calle del arte, junto al que fue su «profesor» en el Carnaval, Francis Sevilla Pecci.