A LA ESPERA. Paradas vacías a la hora de los paros parciales.
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Comes: viaje sin retorno

El conflicto laboral en la empresa de transportes cumple un mes y la distancia entre las dos posturas en la negociación del nuevo convenio parecen insalvables. La compañía piensa en medidas contundentes

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El conflicto laboral en Transportes Comes ha entrado en una ruta sin salida. Las dos partes enfrentadas, empresa y sindicatos, se han parapetado en sus respectivas posiciones y las negociaciones están absolutamente rotas. La compañía aduce problemas económicos para satisfacer todas las peticiones y no cree que pueda aguantar mucho más tiempo con la misma plantilla las pérdidas que están generando los paros parciales, unos 15.000 euros diarios. Así, no descarta iniciar un expediente de regulación de empleo. Los trabajadores apelan a la seguridad como principal valor que defender en el nuevo convenio. Curiosamente, ambos se preguntan si el modelo actual de concesiones de transporte interurbano de la junta es válido, dado que las exigencias de servicio público que impone la Administración no siempre casan con los requisitos de supervivencia empresariales.

Eso es lo que hay. También es lo que habrá, al menos,hasta la próxima gran demostración de poder de los empleados: una huelga general de 24 horas durante los días 1,2, 3, 9 y 10 de febrero, es decir, los dos fines de semana del Carnaval gaditano. Antes, y esta misma tarde, se celebrará la primera movilización de familiares. Los problemas no han hecho más que empezar.

Aunque, para ser más exactos, empezaron hace algunos meses. Concretamente, el 31 de diciembre de 2006, cuando expiró el último convenio que ha tenido esta empresa con más de 250 asalariados. Durante la primera parte de 2007 se pactaron algunas mejoras sobre el antiguo acuerdo pero, a mediados de año, las elecciones sindicales cambiaron el panorama: CGT barrió en los comicios a CC OO y aprovechó su poder para reiniciar la negociación.

En pérdidas

Pero, ¿qué piden unos y otros para volver a hablar? Por el lado de la compañía, «un poco de cordura», asegura el director general, Julio Álvarez. Según sus cálculos, atender todas las peticiones del comité de empresa supondría un incremento del 21% de la masa salarial de la compañía. En números redondos, un millón y medio de euros de aumento sobre un coste en 2007 de 7,1 millones. Por lo tanto, «es falso que pidan sólo el IPC más dos puntos, sino que están pidiendo muchísimo más», apuntilla Álvarez, quien recuerda que Comes tiene pérdidas por un millón de euros y el ejercicio de 2007 ha sido particularmente negativo. Al cierre de la línea que llevaba a los obreros de Delphi se ha sumado la cancelación de otro servicio en el Campo de Gibraltar (con Cepsa) y las deudas de 792.000 y 517.000 euros que mantienen con la empresa los ayuntamientos de Puerto Real y Los Barrios, respectivamente. Luego está el modelo en sí del transporte urbano. Hasta noviembre, Comes ha perdido un 6% de viajeros en un año.

En suma, 2007 «no era el momento más adecuado para ponerse a pedir», concluye Álvarez. Aun así, Comes subraya que la situación salarial, pese a no haberse revisado desde enero de 2007 por falta de convenio, «no es mala» si se compara con otras empresas del sector. Por ejemplo, un conductor de Comes. sólo por ir al trabajo (es decir, sin contar suplementos por dietas, nocturnidad, etcétera) cobra 20.115 euros brutos al año, frente a los 16.790 que marca el convenio sectorial en la provincia, los 15.200 que se pagan en Sevilla o los 16.800 que se recibe en Damas, la empresa onubense similar a Comes.

No obstante, insiste Julio Álvarez, el problema no es sólo de los sindicatos (la empresa siempre los distingue de los trabajadores), sino también de la Administración autonómica (que es quien decide en la concesión del servicio), a la que reclama «más ayuda». ¿Cómo? Revisando las tarifas y las rutas.

A todo esto, en el lado de los empleados, el responsable de Prevención y Riesgos Laborales, Francisco Ortiz, destaca que lo «único» que piden es «seguridad». Por ejemplo, «tener jornadas de nueve horas como todo el mundo y no nueve horas más tres ampliables, con lo que nos encontramos con que un trabajador entra a las ocho de la mañana y sale a las ocho de la tarde» explica.

Básicamente, esta reclamación responde al sistema de fraccionamiento de jornada que aplica Comes, por el que un trabajador entra a las seis de la mañana, para de diez a doce, trabaja de doce a tres, se detiene de nuevo de tres a cinco y trabaja de cinco a seis. Para el comité de empresa, el empleado ha trabajado 12 horas; para la empresa, ocho. Y en cómo contar esos intervalos está la pelea entre unos y otros .

Más allá de la seguridad, el comité de empresa reclama una subida salarial «muy por encima del IPC» y equiparar las condiciones «de los numerosos temporales» a la de los indefinidos, detalla Francisco Ortiz.

Eso, para empezar hablar por su parte. ¿Y la empresa? «Que estén dispuestos a dialogar de verdad y no partan de medidas desmesuradas», indica Julio Álvarez.

¿Consecuencias? A corto plazo, huelgas generales. A medio, la empresa avisa que habría que pensar en pequeños ajustes de plantilla por las pérdidas. Los dos bandos esperan que la Administración mueva ficha. El viaje aún no tiene billete de vuelta. La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez , afirmó ayer que la huelga es «un problema para los usuarios» y señaló que el Consorcio de Transportes de la Bahía de Cádiz «debería estar haciendo algo».