Con la Iglesia hemos topado
Entramos en un nuevo año y con su llegada, dado que tenemos elecciones a la vuelta de la esquina, nos desayunamos cada día con argumentos que de uno y otro lado se van sumando al debate político. Siempre he defendido una política que se ocupe y preocupe de lo cercano y lo próximo, de nuestra vida cotidiana, creo que estoy de enhorabuena porque el debate político ha aterrizado en pleno corazón de la familia, nada más cercano, más próximo y más nuestro. Claro que en este debate han entrado los partidos políticos, pero sobre todo es un debate en el que la Iglesia ha tomado parte y partido.
Actualizado: GuardarEntre los 100.000 abortos registrados en España durante el pasado año hay muchas mujeres de familias tradicionales, hijas, madres y esposas de buenas familias. Entre las cientos de miles de familias de padres divorciados, monoparentales, o familias formadas por parejas homosexuales hay muchas personas que sienten, viven y piensan como verdaderos cristianos. Creo que todas ellas son familias de verdad, familias como se suele decir «como Dios manda», aunque la jerarquía de la Iglesia católica no piense igual y es que muchas veces lo que dice Dios y lo que dice la Iglesia no es lo mismo. El matrimonio y la familia son conceptos antropológicos cambiantes que han evolucionado a lo largo de la historia, y que en muchas ocasiones han obedecido a intereses que nada tienen que ver con los afectos. La doctrina sobre la familia que defienden los obispos españoles dista mucho de la realidad familiar que vive nuestra sociedad, pero es que también dista de la idea de familia que se contempla en el Evangelio. La familia que tanto defienden los obispos obedece a una construcción ideológica de la propia iglesia, una construcción que refuerza el papel de superioridad del hombre sobre la mujer, al igual que se refleja en la propia estructura jerárquica y patriarcal de la Iglesia católica. Muchos pensamos que a veces los intermediarios de Dios hacen como en el juego del teléfono que nos trasladan el mensaje original totalmente tergiversado.
No sé qué pasará en las próximas elecciones, lo que sí sé es que no podemos permitir que ningún partido pretenda revisar o cuestionar derechos sociales conquistados.