la que nos espera
Acaba de comenzar como quien dice un nuevo año y, como de costumbre, en el momento de las campanadas todos hemos hicimos nuevos y buenos propósitos para este recién nacido 2008. Unos habrán prometido dejar de fumar, otros que a partir de ahora seguirán una vida saludable y se apuntaran a algún gimnasio y, los más, habremos entrado en el año esperando que al menos siga la cosa como está porque aunque no lo creamos todavía podríamos ir a peor.
Actualizado:El pasado 2007 se fue sin pena ni gloria. Comenzó tras el atentado de Barajas y eso, sin duda, marcó un poco su trayectoria. A nivel político la crispación, tantas veces denunciada, ha ido de mal en peor. A nivel económico ha sido un verdadero desastre, el Euríbor (que palabra tan rara) ha subido de tal forma a lo largo de estos meses, que las hipotecas nos hipotecan la vida pero no solo a nosotros sino a nuestros hijos y si me apuran hasta a nuestros nietos. La cesta de la compra se ha convertido ya en una cestita, los productos se encarecieron mucho más que el coste de la vida y los sueldos no subieron al mismo nivel ni mucho menos. Sería por eso por lo que el señor Solbes nos recomendó comer conejo. ¿Vaya ocurrencia!
Pero lo malo de todo esto es que el año que nos llega no lo hace con mejores expectativas. Así, sin más, ha subido la gasolina, los parking, el bonobús y detrás vendrá todo lo demás. Pero eso sí, se han inaugurado las líneas del AVE a Málaga y Valladolid con más pena que gloria. Hace pocos días veíamos por la tele cómo se concentraban muchos salmantinos en su plaza mayor recriminando al ayuntamiento la subida de impuestos. Estas situaciones tan drásticas no las habíamos visto nunca. En fin, para qué seguir. Y para colmo en marzo elecciones generales, ¿la que nos espera!