OVACIÓN. Ismael Jordi recibió emocionado los aplausos del auditorio.
Jerez

Con Pavarotti en la carpeta

El tenor jerezano Ismael Jordi visitó ayer el IES Caballero Bonald, donde estudió, e inauguró el aula de música que lleva su nombre

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Pocos se extrañan en el Instituto Caballero Bonald de que el chaval de quince años que llevaba una foto de Luciano Pavarotti en la carpeta escolar se haya convertido en uno de los tenores españoles de mayor proyección en España. Ismael Jordi compartió ayer los recuerdos de su adolescencia con más de un centenar de alumnos que tuvieron la suerte de escucharle cantar en vivo y de forma totalmente improvisada. «La primera vez que canté en público lo hice sobre este escenario», explicó el jerezano, gratamente sorprendido por el recibimiento de la comunidad educativa.

Lo que cantó entonces fue una chirigota en una fiesta escolar y lo de ayer fue un fragmento de la famosa Amapola (letra de Luis Roldán) y entre una y otra distan una docena de años: «Estoy más nervioso hoy que cuando canto en un teatro de Viena o París», dijo. Los alumnos, como no podía ser de otra manera, respondieron en pie con un sonoro aplauso.

Jordi -tras descubrir la placa del Aula de Música que lleva su nombre- se sometió a las preguntas de los alumnos que se interesaron por cómo empezó el tenor en la música, por otras de sus aficiones como el fútbol o por cómo compatibiliza su vida profesional con la personal. «No es que fuera un bicho raro pero empecé a escuchar ópera a los 12 años. En Jerez hay sensibilidad para la música». Contó a los chicos que «entré en el Xerez a los 9 años y estuve jugando hasta los 22. El fútbol me ha ayudado mucho en el día a día y gracias a él tengo mentalidad deportiva. El deporte es como el canto, hay que entrenar todos los días». Su profesión tiene también sus puntos negros: «Lo que más me duele es haber pasado cinco años sin Feria. Creo que en 2009 podré disfrutarla».

Pepe Zambrano fue su profesor de Física y Química de entonces: «Él dice que no era buen estudiante pero para nosotros es un orgullo haberlo tenido como alumno», explicó. «Es muy buena persona y organizaba todo lo que se celebraba en el instituto», añadió.

El joven tenor aseguró que recuerda del instituto «momentos maravillosos que volvería a vivir aprovechando más el tiempo. Me hice persona aquí». Insistió a los alumnos en que «en la vida hay que prepararse y estudiar mucho porque ahí fuera es muy duro».