FASE FINAL. La operación por la que Pernod Ricard vendería las marcas históricas de Domecq podría culminar en breve. / J. R.
Jerez

La venta de las marcas de la antigua Domecq aún no tiene un comprador definitivo

Hay otras empresas del Marco, además de los Ruiz-Mateos, interesadas en comprar a Pernod Ricard estos vinos y brandies Osborne es una de las principales favoritas en esta operación

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La multinacional francesa Pernod Ricard tiene varios posibles compradores, ninguno de ellos aún definitivo, para las marcas de la antigua Domecq que adquirió hace ya dos años y medio en la operación conjunta que realizó junto a la estadounidense Fortune Brands, y en la que sumó a su ya amplísimo portafolio vinos con La Ina o Río Viejo y brandies como Carlos I o Carlos III.

Así, según dejaban ayer claro fuentes del sector, pese al interés manifiesto y ya hecho público de la empresa Nueva Rumasa -propiedad de la familia Ruiz-Mateos- de hacerse con este catálogo que Pernod Ricard empezó a ofertar hacia el mes de octubre, hay otras bodegas del Marco que desde el principio están en la liza y que pujaron de forma importante y seria en esta operación en una primera subasta.

En concreto, además de la mencionada Nueva Rumasa, empresas como Osborne o Grupo Estévez entraron en la negociación para adquirir estas marcas tradicionales y muy prestigiosas que fueron el buque insignia de la antigua Allied Domecq.

Estas mismas fuentes apuntaron también que, pese a que es cierto que la solución definitiva a esta operación podría no dilatarse, aún no se ha llegado a ningún tipo de acuerdo con ninguna de las compañías interesadas.

Según ha podido saber este medio, lo que sí parece claro es que en esta última fase de la operación la empresa propiedad de los hermanos Estévez, Grupo Estévez, propietaria de marcas como Tío Mateo o Valdespino, podría haberse retirado de la puja. Del mismo modo, en el Marco consideraban que la compañía de la familia Osborne es la que estaba mejor situada como favorita para llegar a un acuerdo final con la multinacional francesa.

En este punto, la opinión generalizada en el sector es que el principal interés de Osborne en el catálogo de la antigua Domecq está en hacerse con marcas líderes de brandy como Carlos I o Carlos III, las más vendidas en medio mundo -especialmente en Filipinas o México- y competidoras directas actualmente de sus Veterano, Magno o Conde de Osborne. De este modo, la empresa portuense controlaría una parte muy importante de este mercado.

Sin embargo, para Osborne la división de vinos que oferta Pernod Ricard en esta operación no es objeto de demasiado interés. Y es en este punto donde todas las fuentes consultadas creen que podría volver a entrar en juego el Grupo Estévez, que sí tiene un interés manifiesto por esas potentes referencias de vinos de Jerez y que podría llegar a un acuerdo con la compañía afincada en El Puerto de Santa María para comprar La Ina, Botaina, Río Viejo o Viña 25, así como los productos premium como los VORS Venerable, Amontillado 51/1ª, Capuchino, Sibarita, etc.



Marcas devaluadas

Sea cual sea el final de esta operación, lo cierto es que la compra de estas marcas de vino puede ser muy importante para todo el Marco de Jerez, ya que las ventas de estos caldos siempre han sido fundamentales para la Denominación de Origen, y aunque en los últimos años han estado algo devaluadas -por el escaso interés de Pernod Ricard por un catálogo del que se quería deshacer- siguen teniendo un importante papel.

ppacheco@lavozdigital.es