DENUNCIA. Francisco Javier Vázquez muestra la denuncia interpuesta en Comisaría. / TAMARA SÁNCHEZ
Jerez

La familia de Rocío da los nombres de posibles culpables a la Policía

Confía en que la identificación de estas personas agilice la investigación La joven, que ya es consciente de lo ocurrido, ha sido trasladada a planta

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El hermano de Rocío Vázquez, la joven que perdió un ojo a consecuencia del estallido de un petardo en Los Albarizones, se acercó ayer a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Jerez con el fin de facilitar a los agentes un listado de nombres de posibles causantes del desagradable suceso. El comisario en persona fue el encargado de recibir a Francisco Javier Vázquez, que le habló de los cinco vecinos de la propia barriada rural que a él le consta que tomaron parte en el encendido del cohete.

A pesar de que los familiares negaron en un principio conocer a los que participaron en los hechos de la noche de Fin de Año, lo cierto es que finalmente han optado por hacer públicas sus identidades con el fin de que se resuelva el caso lo antes posible. El hermano de la perjudicada, no obstante, ha declarado por activa y por pasiva que «no queremos señalar a nadie ni buscarle problemas a mi hermana», sino sólo acelerar la investigación y que la Unidad de Delitos Violentos obtenga la información necesaria que le sirva como punto de partida.

«Me han dicho nombres en la barriada de los que estaban allí y los vamos a dar para que tengan una base de investigación, sólo para que vayan empezando. Nosotros lo que esperamos es que quien lo haya hecho diga dónde los compró y la Justicia se encargue del resto». De las cinco personas señaladas, tres de ellas son mayores de edad, mientras que las otras dos cuentan con 16 ó 17 años, aunque los vecinos ya corroboraron en su momento que en el descampado en el que se tiraron los cohetes se encontraba un nutrido grupo de unos 40 aficionados, algunos de ellos de más de 50 años acompañados de sus hijos menores.

Todos al corriente

Este pequeño giro que han tomado los acontecimientos ha terminado por dar la razón a algunos de los habitantes de Los Albarizones entrevistados en su momento por este medio, que aseguraban que todo la barriada estaba al corriente de quiénes habían sido los causantes del incidente, aunque nadie se atrevía a señalar con el dedo a alguien en concreto. Estas mismas personas también apuntaron a la posibilidad de que el material fuese comprado en el barrio, y no en Lebrija como se ha barajado en un principio, lo que implica que el propietario de algún local o algún vecino a título particular se puede hallar involucrado en un delito.

«Hay gente que nos ha dicho que se vendían en la propia barriada. Nosotros pensábamos que no, porque la persona que lo solía hacer antes dejó de hacerlo en señal de duelo por un vecino que se pegó un tiro y estuvo en la UCI hasta que murió, pero realmente no sabemos nada más». Comentarios y sospechas aparte, lo cierto es que ahora corresponde a la Policía Nacional establecer las pesquisas oportunas e indagar entre la comunidad de una barriada que, aunque en un primer momento se mostró algo hermética, cada vez parece menos blindada a ofrecer detalles sobre lo que ocurrió esa noche.