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SABIÑÁNIGO. El 'zulo' con 126 kilos de sustancias explosivas estaba oculto en un pinar. / EFE
ESPAÑA

La Guardia Civil busca a dos terroristas tras localizar un segundo zulo de ETA en Navarra

El escondite, donde ocultaban cuatro bidones de explosivos, se halla en un solar de la familia de Martín Sarasola, a la que pertenece uno de los detenidos Los agentes tratan de identificar a los posibles receptores de las armas

ALFONSO TORICES
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La Guardia Civil localizó ayer en Lesaka (Navarra) un segundo zulo de ETA, con cuatro bidones de plástico sellados en su interior y con capacidad para contener hasta un máximo de 400 kilos de sustancias explosivas y de material para la confección de bombas. Los primeros indicios apuntan que en los bidones no habría más de cien kilos de explosivos.

El depósito de armas, cuyo contenido exacto se desconocía al cierre de esta edición, está enterrado en el solar en el que la familia de Martín Sarasola, la de uno de los dos etarras detenidos el domingo pasado en Mondragón, vecino de esta población navarra, adquirió para construirse una casa, según indicaron fuentes antiterroristas. La Guardia Civil mantuvo durante horas acordonado el terreno a la espera de la comisión judicial, de los desactivadores y la Policía científica. El solar está ubicado a unos 50 metros del caso urbano de Lesaka, en el barrio de Otsango.

El hallazgo se produjo durante la mañana de ayer, al mismo tiempo que los agentes de la Benemérita vaciaban en un pinar de Sabiñánigo (Huesca) el otro zulo interceptado a la banda, con casi 126 kilos de sustancias explosivas en su interior, y al que llegaron el lunes por la tarde gracias al croquis que tenían en su poder Sarasola y su compañero de comando Igor Portu en el momento de su detención.

El zulo de Sabiñánigo estaba oculto en un pinar junto a una pista forestal ubicada en el valle de Guarguera, un paraje muy próximo a la frontera entre Huesca y Francia. Se trata de una zona rural llena de pueblos abandonados, pero bien comunicada, que asegura discreción y facilidad de acceso a los terroristas.

Paquetes a medida

El agujero en la tierra, de un metro cuadrado más o menos, guardaba tres bidones sellados con 125 kilos de sustancias para fabricar amonal -nitrato más polvo de aluminio-, 83 gramos de pentrita -un potente explosivo militar- para reforzar la explosión, y con cinco temporizadores, doce detonadores y nuevo rollos con 17,5 metros de cordón detonante para confeccionar los artefactos explosivos.

Los componentes explosivos, que podían tener unos dos años de antigüedad, estaban separados y envasados en paquetes de plástico con el anagrama de ETA. No obstante, había las mismas bolsas (63) de nitrato que de polvo de aluminio. Cada una contenía la dosis necesaria por kilogramo de explosivo, para facilitar la mezcla final al comando terrorista.

Todo el material requisado en Sabiñánigo se expuso ayer en el cuartel donostiarra de Intxaurrondo junto a las dos pistolas requisadas a los terroristas en el momento de su detención -pertenecientes al lote robado en Francia durante la tregua- y a las 50 balas que llevaban.

La Guardia Civil mantiene abierta la operación contra este grupo, a quienes considera miembros legales del aparato militar de ETA, que tienen como misión suministrar los explosivos y material para la confección de bombas a los comandos de la banda terrorista ya asentados en el País Vasco y Navarra. Los agentes antiterroristas de la Benemérita creen que el grupo de Portu y Sarasola, del que al menos formarían parte otras dos personas a las que buscan en la actualidad, estaría integrado en el área de la logística militar de la banda. Su misión desde hace unos dos años sería recoger las armas y explosivos que la dirección deposita en zulos cercanos a la frontera franco-española y trasladarlos a otros depósitos en el País Vasco y Navarra, más accesibles a los miembros de los comandos operativos, para que los utilicen en sus atentados. Por este motivo, los investigadores no descartan localizar nuevos zulos, bien de los rellenados por la dirección cerca de la frontera o bien de los alimentados por este grupo en el interior del País Vasco.

Objetivos

El objetivo del grupo, compuesto por terroristas no fichados por la policía, es evitar que los miembros de los comandos asentados en territorio español tengan que ponerse en peligro para recoger en suelo francés el material para los atentados. Estos cruces de frontera por parte de miembros de las células operativas ya han provocado la detención de varios terroristas en el sur de Francia cuando volvían de las citas en las que se le había entregado el material para atentar.

El trabajo de la Guardia Civil, además de localizar a los miembros del grupo correos en libertad y de localizar otros zulos, se centra en identificar a miembros de los comandos a los que los dos detenidos han podido facilitar durante meses armas y explosivos. Las indagaciones apuntan a que las dos pistolas envueltas en celofán que el domingo trasladaban en un coche de un zulo a otro no irían destinadas al comando Vizcaya, el autor de la casi la totalidad de los atentados registrados desde el fin de la tregua, sino a los terroristas que reconstruyen grupos en Guipúzcoa y Navarra. La ayuda a esta nueva infraestructura y comandos sería la razón fundamental de su trabajo según las pistas obtenidas.

A los investigadores no les ha extrañado la ubicación de un zulo en Aragón porque ya habían detectado desde el final de la tregua, en junio pasado, posibles movimientos de terroristas en los límites entre Navarra y Huesca. El motivo también es lógico. La logística militar de ETA trata de huir en lo posible del paso de armas y explosivos por la frontera vasco-navarra y del tránsito por los caminos rurales de ambas comunidades dada la fuerte vigilancia a la que los someten las fuerzas de seguridad.