En busca de la llave maestra

El recuerdo de la trágica travesía de la conocida patera de Rota ha estado ligado al arranque de este año. El inicio de 2008 ha traído consigo la llegada al litoral barbateño de seis cadáveres, cinco hombres y una mujer, cuyos restos fueron expulsados por el mismo mar que los engulló días atrás. Cuatro de los cuerpos fueron encontrados en la playa de Marisucia, bautizada así porque habitualmente el mar escupe en ella, tras una jornada de marejada, residuos que son vertidos en él.

Los rasgos físicos y la carencia absoluta de identificación han permitido determinar a la Guardia Civil que se trata de seis inmigrantes que trataron de cruzar el Estrecho. Pero los hechos confirmados terminan aquí. A partir de este punto, el equipo de Policía Judicial del puesto de Barbate se adentra en el terreno de las hipótesis, que en este caso es más amplio de lo habitual y sin líneas de investigación concretas por la falta de indicios sólidos que aclaren las circunstancias de la muerte de los seis finados.

En octubre de 2003, cuando naufragó una patera en las inmediaciones de Rota, la Guardia Civil y Salvamento Marítimo pudieron trazar pronto una secuencia de hechos, ya que contaron con testigos como la tripulación del Focs Tenerife, que avistó la embarcación de los sin papeles antes de que se hundiera, o la del propio patero, que fue condenado a cuarenta años de cárcel por 37 delitos de homicidio imprudente; uno por cada inmigrante que apareció muerto los días posteriores a la tragedia.

En cambio, desde que el pasado 2 de enero fuera hallado el primero de los seis cadáveres, se mantienen los mismos interrogantes. El primero y más importante se refiere a la embarcación en la que viajaban los fallecidos. El equipo de Policía Judicial que lleva la investigación apuesta por dos posibles soluciones: que los finados viajaran en la misma patera que alcanzó la playa de Zahora en Nochevieja con diez sin papeles a bordo, los cuales fueron posteriormente interceptados; o que los seis muertos pertenecieran a otro pasaje cuya nave naufragó en el Cabo de Trafalgar esa misma noche. Allí, la zona de rocas se convierte en una trampa mortal para la embarcaciones perdidas en mitad de un fuerte temporal.

Con exceso de peso

La primera de las líneas se tambaleó cuando la Guardia Civil supo que los extranjeros que fueron llevados hasta Algeciras para su expulsión del país no habían hablado nada de naufragio o compañeros perdidos en el mar. Pero si su embarcación iba cargada en exceso de pasajeros y tuvieron que lanzar a algunos de los ocupantes al agua para aligerar el peso, «es casi imposible que los supervivientes fueran a declarar algo», señalan fuentes del Instituto Armado.

La segunda hipótesis es aún más complicada de probar. No existen testigos ni indicios que ayuden a probar que hubo una travesía que se malogró antes de llegar a su destino. «Incluso podría tratarse de una nave que naufragó en mitad del Estrecho y los cuerpos los han traído el viento y la marea hasta esta zona de la costa», explican las mismas fuentes. Sólo se sabe que los seis muertos permanecieron en el agua entre 48 y 72 horas, lo que coincide con un accidente el día 31.

Mucho menos probable parece que los fallecidos saltaran al agua antes de llegar a la orilla por orden del patero, para que éste regresara a Marruecos. El mal tiempo que hizo en la noche última del año hacen dudar a los agentes de que el tripulante de la nave se expusiera dos veces al mismo riesgo en el mar.

Culpable para el PP

El Partido Popular responsabilizó ayer al ministro del Interior Pérez Rubalcaba de esta tragedia, debido a la «ineficacia» que, a juicio de esta formación demuestra el SIVE, pese a que este sistema ha obligado a los traficantes a buscar rutas alternativas, tanto para el tráfico de drogas como de seres humanos, tras ver frustradas muchas de sus operaciones en la costa gaditana. Según el presidente provincial del PP de Cádiz, José Loaiza, las administraciones socialistas «han dejado totalmente abandonado al SIVE, privándolo de los medios necesarios para su funcionamiento».

El Instituto Armado mantiene un dispositivo de búsqueda por tierra por si aparecen nuevos cuerpos que hagan crecer esta negra lista.

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