Patrimonio sin explotar
La riqueza cultural y natural de la comarca no son suficientes para ser el destino de visitantes que buscan alternativas al turismo de masas. La UTEDLT destaca la falta de infraestructuras encaminadas al desarrollo del sector
Actualizado:Un lugar de ensueño donde perderse en parajes recónditos y alejarse del asfalto y la inercia de las grandes ciudades, el estrés del trabajo y la falta de tiempo. Esto es lo que muchas personas buscan en el turismo rural y la comarca de la Sierra gaditana es la alternativa a otra forma de desconectar con el mundo.
Una zona situada entre dos parques naturales y la riqueza cultural de un entorno que cuenta con fortalezas, yacimientos arqueológicos, templos, ermitas y fiestas populares, entre otros atractivos, convierten a estos pueblos en un destino privilegiado para muchos amantes de la vida rural.
Así lo destaca el informe Infraestructura Turística de la Sierra elaborado por la Unidad Territorial de Empleo, Desarrollo Local y Tecnológico (UTEDLT) donde hace una valoración de la situación del sector en la comarca.
La concienciación por la protección del medioambiente, la necesidad de una mejor calidad de vida, la búsqueda de alternativas al turismo de masas y la apuesta por el desarrollo económico sostenible son los valores que potencian el desarrollo del turismo en este enclave gaditano. No cabe la menor duda al afirmar que la naturaleza es uno de los mayores reclamos de la comarca. Sus pueblos se encuentran situados entre el Parque Natural de Grazalema y el Parque Natural de los Alcornocales y eso es sinónimo de una gran riqueza vegetal y una importante variedad animal. Unas características que multiplican las actividades de ocio a los visitantes.
Riquezas culturales
Pero la Sierra no sólo son plantas y arte cinegético, aquellos que se acercan a algunas de estas localidades se sumergen en una importante encrucijada cultural. Restos de la Prehistoria conviven con la huella que dejaron a su paso romanos, árabes y cristianos. Un pasado que toma vigencia a través de las tres rutas - la Prehistórica, la de las Ciudades Romanas y la de la Frontera Cristiano-Nazarí- que ha puesto en marcha la Mancomunidad y la Diputación Provincial gracias al proyecto Cultural Cad y los fondos Feder.
Aún hay más, si lo que el turista desea es sacar provecho a sus ratos libres para ponerse en forma, también podrá practicar algún deporte como el golf en el complejo ArcosGarden.
Uno de los temas que se suelen cerrar antes de iniciar la visita a un determinado lugar es la estancia. En la comarca existe la posibilidad de elegir entre la oferta tradicional y alojarse en hoteles u hostales, o bien optar por alojamientos rurales y otros no reglados. En el primer caso, la empresa pública de Diputación Tugasa cuenta con establecimientos hoteleros en Algar, Grazalema, El Bosque, Olvera, Setenil, Villaluenga y Zahara. Y, en cuanto a oferta complementaria, los merenderos múltiples que hay a lo largo de la comarca. Sin embargo, en este apartado es donde el estudio de la UTEDLT encuentra grandes carencias ya que las plazas hoteleras ofrecidas por la oferta tradicional son escasas. En lo que respecta a los alojamientos no reglados, se encuentran gestionados por profesionales y no generan puestos de trabajo. Por ello, no se perciben como fuente de riqueza o una actividad principal, sino más bien como un complemento de renta.
La comarca cuenta con unas 3.500 plazas de alojamiento y unas 9.800 de lugares donde comer. Ambas cifras son estimadas en función de la capacidad máxima de los establecimientos, usadas con frecuencia ante circunstancias extraordinarias. El estudio recoge que no existe un reparto equitativo de los profesionales ya que se concentra en los lugares con mayor infraestructura turística.
La mayoría de municipios presentan una equilibrada oferta de bares de tapas, restaurantes y locales nocturnos. Aunque en Benaocaz y Villaluenga el equilibrio se rompe a favor de hoteles y pensiones. En El Gastor, Espera, Torre Alháquime y Ubrique predominan los bares de tapas y de bebidas. Mientras que en el caso de Arcos hay más hospedaje, restauración y casas rurales. Por último, en Grazalema abundan las casas rurales
Conclusiones
Una de las conclusiones del análisis es que el modelo turístico de la Sierra se basa en la restauración y el alojamiento, pero se echan de menos productos diferenciados. El desarrollo de empresas de turismo activo, actividades ecuestres e infraestructuras de turismo de negocios (o congresos) y de salud -spas y balnearios- ampliarían la variedad de actividades que puede ofrecer la zona. Este tipo de negocios, a día de hoy, sólo representan el 1%.
Si a la falta de elementos diferenciales se unen que las políticas actuales para obtener distintivos de calidad (con subvenciones de la Consejería de Turismo) no están teniendo mucha repercusión, el desarrollo del sector en la comarca se vuelve un objetivo a largo plazo.
sierra@lavozdigital.es