Invitación real

a cena oficial que ofrecerá mañana el Rey con motivo de su 70 cumpleaños confiere dimensión institucional a una onomástica especialmente simbólica, al tiempo que permitirá al Monarca expresar su agradecimiento a la sociedad por el respaldo recibido a través de una amplia representación política invitada al acto. La voluntad de conciliación que ha definido la trayectoria del jefe del Estado en sus 32 años de Reinado y la imprescindible cortesía que ha de presidir las relaciones entre los representantes del sistema democrático convierten en extemporánea la decisión de Llamazares de declinar su asistencia. Su legítimo republicanismo no justifica la identificación del acto como una «exaltación de la Monarquía», ni su desmarque de una celebración que conmemora una historia compartida que también compete a quienes disienten de ella.