Un proyecto hecho realidad
Maribel Zambrano y sus tiendas de complementos son un ejemplo de cómo la lucha en la vida está acompañada de la justa recompensa
Actualizado:El comienzo de la década de los ochenta fue un punto de inflexión para Maribel Zambrano y su familia. El paro tocaba a la puerta de su casa. «Mi marido, con treinta y pocos años, se quedaba sin trabajo, así que había que echarle un par a la vida para que no nos comiera por sopas», comenta. Fue cuando comenzó en su propia casa de Las Torres a vender los primeros calzados. «Juntaba un grupito de mujeres a las que buscaba en la puerta de los colegios y venían al salón de mi casa a ver las últimas novedades que traía», recuerda. Al poco tiempo reunió dinero para montar su primera tienda en la barriada de La Coronación: «Fue duro, porque tenía llevar el negocio y la labores de una casa para adelante. Los cuatro hijos pequeños, el negocio... Había días que llegaba a casa a las diez de la noche y mis pequeñuelos estaban esperando solitos. Qué duda cabe que fueron tiempos muy duros».
Pero, como no hay mal que cien años dure, Maribel y la familia fueron saliendo a flote. Esta mujer luchadora, que es un poco polvorilla, no paraba, siempre de un lado a otro, buscando los dos duros de un proveedor que tenía buen género un poco más barato. «Ahora no me puedo quejar; gracias al esfuerzo de tantos años tenemos dos tiendas más en Jerez, nna en Algarve y otra aquí en la Corredera, además de esta del número 56. También tenemos dos tiendas en Huelva y en Rota», afirma con alivio.
Con calidad
La tienda del número 56 lleva un año abierta. «Aquí estamos especializados en calzado de caballero y de señora sport, además de algo de textil y demás complementos. En las otras tiendas, en calzados de novia y madrina. Nos gusta que nuestros establecimientos se distingan sobre todo por la calidad del calzado que ofrece, siempre nacional. No comercializamos el zapato oriental porque no nos convence su calidad», comenta.
Maribel y sus negocios de complementos. Mujer empresaria hecha a sí misma. Un ejemplo de cómo el esfuerzo siempre tiene recompensa.