Un juez investiga las lesiones que obligaron a hospitalizar a uno de los etarras detenidos
Rubalcaba asegura que las heridas de Igor Portu, que se encuentra ingresado con una costilla rota, contusiones y un derrame pleural, fueron consecuencia del forcejeo en el arresto El ministro afirma que «se ha cumplido escrupulosamente la legislación antiterrorista»
Actualizado:El juzgado de instrucción de guardia de San Sebastián abrió ayer una investigación sobre las lesiones que padece el presunto miembro de ETA Igor Portu Juanena, hospitalizado de madrugada con fractura de una costilla, numerosas contusiones, un derrame pleural y un importante enfisema subcutáneo desde la región cervical a la pelvis. El detenido alegó ante los médicos que fue golpeado «con puños y patadas» en la cara, el tórax y el abdomen. Igor Portu fue detenido el domingo en compañía de otro joven, Martín Sarasola, después de que su coche fuera interceptado sobre la una de la tarde en un control rutinario de la Guardia Civil cerca de Mondragón (Guipúzcoa). Los agentes les incautaron dos revólveres.
El Gobierno sostiene que las lesiones se produjeron en el momento del arresto debido a que Portu se resistió a los guardias, con los que forcejeó. Así lo explicó el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en una comparecencia para explicar los detalles del operativo antiterrorista. El representante gubernamental quiso subrayar que la detención se había ajustado «escrupulosamente a la ley» y sostuvo que tanto el presunto terrorista hospitalizado como Martín Sarasola echaron a correr una vez que los agentes del instituto armado les hicieron descender del vehículo en el que viajaban para mostrar sus mochilas -donde llevaban dos revólveres-, por lo que tuvieron que ser reducidos por la fuerza. Esta versión sostiene que cuatro guardias se echaron sobre el herido, que cayó al suelo y fue arrastrado para quedar inmovilizado.
Revólveres
El arrestado, de 30 años, fue trasladado al hospital Donosti a las cuatro de la madrugada, una vez que lo examinó un médico forense en los calabozos de la capital guipuzcoana. Portu Juanena -que con anterioridad no había dicho nada- aseguró al galeno que sufría un fuerte dolor en el abdomen. Su queja se produjo más de doce horas después de la detención en un control rutinario de carreteras de los Grupos de Acción Rural (GAR). Los agentes les intervinieron a él y a su compañero Sarasola dos revólveres envueltos en papel celofán transparente. Las pistolas pertenecen al lote de 350 unidades robadas de un arsenal de Vauvert, Francia, en octubre de 2006.
Los propios mandos de la Guardia Civil habían comunicado este incidente al juez de guardia en la Audiencia Nacional, Juan del Olmo, horas antes de que se produjera su ingreso hospitalario, según confirmaron fuentes judiciales. El magistrado delegó el control del estado de los dos acusados en el juzgado de guardia de San Sebastián y ordenó que fueran examinados por un médico forense.
La revisión no se pudo efectuar hasta la madrugada, porque los dos jóvenes habían sido llevados hasta sus respectivos domicilios en la localidad navarra de Lesaka, de donde ambos son originarios. Debían estar presentes en el registro de sus viviendas, operación que se prolongó hasta pasadas las 2.20 horas de ayer, según reconoció el propio ministro Rubalcaba. Con posterioridad, los terroristas fueron trasladados de nuevo a los calabozos en San Sebastián.
Durante todo ese tiempo, según diferentes fuentes, Portu no manifestó a los agentes que le custodiaban que sufriera ningún tipo de dolor. Sí lo dijo ante el médico forense que envió el juzgado de guardia. El facultativo decidió que debía ser examinado en un centro hospitalario, mientras autorizó el traslado del otro arrestado a Madrid para que pudiera prestar declaración en la Audiencia Nacional. Sarasola llegó ayer por la mañana a la capital. El juez encargado del caso -Fernando Grande Marlaska relevará a Del Olmo, de vacaciones esta semana- tiene de plazo hasta el jueves para interrogarle.
Parte médico
El parte médico del Servicio Vasco de Salud sobre Portu Juanena señala que el paciente «refiere haber sido golpeado con puños y patadas en cara, tórax y extremidades inferiores. Refiere importante dolor torácico bilateral, disnea, con disfonia y dolor cervical y lumbosacro». El presunto etarra, según el mismo informe, entró caminando por su propio pie, consciente, orientado, bien hidratado «y perfundido». En la exploración médica se le apreció un hematona en la zona del ojo izquierdo con hemorragia subconjuntival, hematomas incipientes en región costal bilateral, fractura de la novena costilla con importante neumotorax izquierdo, enfisema subcutáneo y derrame pleural izquierdo.