DANTESCO. Estado en el que el que quedó el piso tras ser desvalijado. / IVÁN BERNAL
EL PUERTO

El municipio sufre una oleada de robos en viviendas con una veintena de casos

Los ladrones acceden a las casas a través de las azoteas con cables o cuerdas para descender y entrar por las ventanas Los ladrones han actuado en 24 locales comerciales

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La habitación había quedado como aparece en las películas de espías. Cajones sobre la cama, libros tirados por todas partes y multitud de papeles por el suelo. Sin embargo, los intrusos no estaban buscando documentos secretos ni material comprometido como sucede en las películas en blanco y negro. Buscaban dinero, joyas y todo aquellos artículos de valor que pudieran llevarse en los bolsillos. «Cuando entré en el apartamento y vi como había quedado el salón, salí corriendo para ver si aún seguían dentro. Luego me di cuenta que aquella no fue la manera más sensata de reaccionar», subraya Rafael Matute, cuyo piso fue desvalijado el día antes de Nochevieja.

Matute entra dentro de las estadísticas policiales de robo con fuerza dentro del hogar, que han sumado 22 durante el pasado mes de diciembre. A pesar de haber experimentado un ligero descenso con respecto al año anterior, dos casos menos, estos delitos están a años luz de desaparecer del municipio. A estos se unen los 24 robos que se han producido en el interior de locales comerciales durante diciembre.

El comisario de la localidad, José Montes Fresneda, explica que «suele tratarse de delincuentes habituales, no de bandas organizadas, que operan solos o en parejas y se sirven de las azoteas para poder pasar de un inmueble a otro».

En el caso de Matute, los ladrones habían aprovechado que no había nadie en el domicilio, algo habitual durante las fechas navideñas, habían subido a la azotea y entraron usando «la técnica del escalo», es decir, entrar por la ventana usando una cuerda o algún cable externo.

Superados estos obstáculos, los rateros aún tuvieron que arrancar la ventana de sus goznes y entrar por un hueco de setenta centímetros. Una vez dentro, no perdieron el tiempo. Desvalijaron el piso para llevarse un brillante botín. Un reloj Lotus, una pulsera y un par de gemelos.

Dentro de la desgracia, este ciudadano tuvo algo de suerte. «La puerta de entrada estaba cerrada bajo llave y los cacos tuvieron que volver a salir por la ventana. Si no se hubieran llevado la televisión de plasma recién comprada y el ordenador», explica Matute.

Fuentes policiales han asegurado que «se trata de unos golpes tan rápidos que es muy difícil de coger al ladrón con las manos en la masa». De hecho, la impunidad ha llegado a tal extremo que los mismos cacos están realizando los robos con las víctimas dentro del inmueble. Ese fue el caso de una mujer de la calle La Palma, que pudo comprobar cómo un par de individuos habían entrado en su casa mientras dormía la siesta. Afortunadamente, los gritos de auxilio pusieron en fuga a los delincuentes. Asimismo, el comisario ha asegurado que «estos delincuentes conocen un buen número de intermediarios a los que pueden vender los artículos sustraídos, como pantallas de plasma, móviles u ordenadores», los objetos más «apreciados». «Los intermediarios los suelen vender en otras localidades para no levantar sospechas», subraya Montes. Precaución y medidas de seguridad parece ser la única vacuna contra este tipo de delitos.