Decálogo del buen funcionario chino
«Ofrecer regalos o acciones de bolsa para obtener un puesto de trabajo» alguna prohibiciones de la nueva normativa
Actualizado:CHINAquiere acabar con la lacra de la corrupción a toda costa, aunque por primera vez la inflación haya superado a esta en el número uno de los problemas de la población china. «No aceptarás sobornos, no beneficiarás a tus amigos, ni harás regalos no autorizados». El decálogo puede parecer repleto de prohibiciones obvias, pero en China supone poco menos que una revolución. Sin embargo, pocos creen que vaya a destruir el sistema de tráfico de influencias, allí denominado 'guangxi', que ha regido siempre la sociedad china. No obstante, supone el reconocimiento de la existencia de una corrupción a gran escala que asola el país e impide, en muchas ocasiones, que los funcionarios sean ascendidos en base a sus méritos. O que proyectos de todo tipo sean asignados en base a la mejor oferta. De ahí que estos diez mandamientos se hayan publicado ahora, momento en el que se prevén cambios en las administraciones locales y regionales debido al final del mandato quinquenal de muchos de los políticos.
La lista sorprende por su precisión, e incluye, entre otras, las siguientes prohibiciones, denominadas 'tabúes' por el diario oficial 'China Daily': «ofrecer sobornos en metálico, regalos, o acciones de bolsa para obtener un puesto de funcionario», «preparar o acudir a banquetes que puedan tener como objetivo ganar apoyos para una promoción», «encubrir actividades ilegales», y «extender rumores infundados para dañar la postura de un tercero». Curiosamente, en este último punto, el Partido Comunista ha hecho especial hincapié en el papel que juegan las nuevas tecnologías, añadiendo que serán perseguidos quienes utilicen «cartas, panfletos, mensajes de móvil o correos electrónicos para difundir infamias».
Plan de Jintao
La medida forma parte del plan anticorrupción diseñado por el presidente Hu Jintao hace cinco años, cuando alcanzó la jefatura del estado, que se ha cobrado ya la cabeza (literalmente) de varios altos cargos políticos. Según datos oficiales, 1.968 miembros de gobiernos locales han sido ya amonestados por irregularidades como las que menciona el decálogo.
Pretensiones
Los líderes chinos pretenden así limpiar el nombre del Partido Comunista, que se enfrenta a un aumento de reivindicaciones democráticas y es cada vez menos capaz de mantener a la población en un limbo informativo. El espectacular desarrollo económico, y la conquista de China por parte de las nuevas tecnologías, han permitido que muchos, sobre todo jóvenes, tengan acceso a información del exterior y pongan en duda el sistema de su país. Sólo podrá el Partido mantenerse en el poder si consigue ganar el respeto y la aprobación de la mayoría. Para ello, en un país en el que el dinero juega un papel primordial, resulta imprescindible que los líderes comunistas estén libres de sombra alguna.
Ahora ya no tienen excusa. Los diez mandamientos de la cúpula del Partido no dejan lugar a dudas. Habrá que ver si surte efecto o si, como auguran muchos ciudadanos de a pie.