Día de juegos
Actualizado: Guardariles de niños habrán pasado la última madrugada en un ilusionado duermevela, a la espera de abrir sus regalos en ese rito anual de emociones, expectativas y jolgorio que supone el Día de Reyes. Una jornada que invariablemente devuelve a los adultos a su propia infancia y cuya sencilla tradición sigue conmoviendo, a pesar del resabio de las nuevas generaciones y del contenido de unos paquetes que en demasiadas ocasiones no dejan hueco para la imaginación y la creatividad. Comprar un juguete a un niño nunca debería concebirse como un gesto rutinario o convencional, sino como la posibilidad de asomarse a un atractivo abanico de alternativas en el que siempre puede encontrarse aquello que más estimule el gusto del menor, sus habilidades y su sensibilidad. La capacidad para jugar constituye una oportunidad impagable para el desarrollo personal.