La denuncia por el petardo de Los Albarizones ya está en el juzgad

La denuncia que interpuso el pasado jueves la familia de Rocío Vázquez, la joven que perdió un ojo a consecuencia del estallido de un petardo, ya se encuentra en el Juzgado de Instrucción número 3. Así lo han corroborado fuentes policiales, explicando que la Unidad de Delitos Violentos del Cuerpo Nacional de Policía ha abierto una investigación para esclarecer los hechos.

Lo primero que hace la UDV en estos casos es tomar declaración a todos aquellos implicados en el suceso, empezando por la víctima y sus familiares, para seguir con los testigos y demás personas que de una u otra forma fueron protagonistas en la fatídica noche de Fin de Año. Aunque aún los agentes no han entrevistado a Rocío ni a sus familiares, sí les han preguntado acerca de la posible autoría de los hechos, aunque ellos han asegurado que desconocen quién o quiénes encendieron la mecha, como ha corroborado el hermano de la joven, Francisco Javier Vázquez.

La misión de la Policía Judicial consiste en ir facilitando al juez toda la información que se recabe al respecto, para que éste tramite las oportunas diligencias sobre lo que en un principio será tipificado como delito de lesiones y no como falta, debido a la gravedad de las heridas. Si se hubiera identificado al culpable desde un primer momento, automáticamente se le habría detenido para ponerlo a disposición del juez de guardia. En esta ocasión se hacen necesarias las indagaciones previas, que tras el primer tanteo a la víctima y familiares tendrán que centrarse en los testimonios de vecinos y conocidos, para luego pasar a investigar el lugar en el que se compró la mercancía, si éste contaba con las licencias oportunas, y un largo etcétera.

Como publicó ayer este periódico, expertos en pirotecnia consideran que lo más probable es que el petardo que hirió a Rocío estuviera manipulado de alguna manera, dado su alcance y potencia, lo que podría constituir de por sí otro delito.

El estado de la herida continúa siendo grave, aunque ha sufrido una leve mejoría, puesto que será trasladada a otra habitación dentro de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Puerta del Mar de Cádiz, una estancia «con más luz y donde pueda estar más cómoda», como ha ratificado su hermano. Aunque ha empezado a ingerir alimentos y a conversar con sus seres queridos, aún no es consciente de los daños sufridos y de la pérdida de su ojo, pues continúa con buena parte del rostro vendado. La familia prefiere por el momento seguir postergando la mala noticia, para evitar que el disgusto pueda resentir su salud.

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