Un MVP que mueve a un equipo con el que no entrena
Hay historias en el mundo del deporte que vale la pena contar; historias que no superan el glamour de un autógrafo de Ronaldinho o una camiseta sudada de Beckham, pero que engloban mucho mejor el aroma que debe desprender todo deportista.
Actualizado:Puerto Real ha vivido este fin de semana la I Copa Príncipe de Asturias de voleibol, coronándose por encima de todos la figura de Cosme Prenafeta, historia viva de este deporte al que no se le caen los anillos descender de los dioses del olimpo y cambiar escenarios internacionales por el pabellón Municipal de la Villa, donde ayer dio todo un recital de cómo leer un encuentro e inclinarlo a favor de los intereses de los suyos.
A sus 37 años, Prenafeta sabe que no tiene la fortaleza física de compañeros suyos como Gerard o Galindo, pero la suple con la inteligencia que le da la su experiencia y sus amplios conocimientos en el voleibol.
Tiene aún más mérito el buen entendimiento que tiene Prenafeta con sus compañeros después de conocer un dato tan imprevisible como admirable.
Pedro Lanero afrontaba este partido con la baja de Sergi Arranz, con un esguince en el tobillo izquierdo. La baja del colocador catalán hizo que el cuerpo técnico azulgrana buscase ayuda en Cosme Prenafeta. El ex jugador azulgrana se retiró definitivamente del deporte después de ayudar al equipo a subir de categoría.
Su estima por el voley, sin embargo, y el hecho de que continúa su particular preparación física, ha hecho que volviese a ponerse la camiseta del FC Barcelona. No entrena con sus compañeros, pero todos los viernes hace cerca de mil kilómetros para acudir a la Ciudad Condal desde su lugar de residencia, Almería.