Cultura

Este año finalizará la restauración de las legendarias cuevas de Hércules

El año 2008 será el de la restauración definitiva de las míticas cuevas de Hércules. El consorcio de la Ciudad de Toledo -organismo del que forman parte las administraciones central, autonómica y local- invertirá algo más de medio millón de euros que servirán para preservar los restos romanos, visigodos, árabes y cristianos que se conservan en estas cuevas situadas en el número tres del Callejón de San Ginés, en pleno corazón del casco histórico de la ciudad imperial. La cueva se puede visitar los viernes y domingos en rutas organizadas por el propio consorcio.

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Lo que para los historiadores menos dados a fantasear son un simple depósito de agua ideado por los romanos, para otros constituye un importante punto de confluencia de misteriosas energías. Si bien es cierto que estas cuevas fueron una gran cisterna de agua hacia el siglo I después de Cristo, también lo es que encima de este depósito romano se levantó un templo cristiano en época visigoda, construcción que los árabes convirtieron en mezquita antes de que los cristianos edificaran de nuevo otro templo en honor a San Ginés, que fue demolido en el siglo XIX. Tan azarosa evolución ha inspirado todo tipo de leyendas desde el siglo VIII: algunas sobre valiosos tesoros, otras acerca de prácticas diabólicas y todas en torno a esotéricos hechos inexplicables, como sucede con algunas leyendas y enigmáticos rincones de Toledo. Una de estas leyendas -una de las pocas de origen árabe que han sobrevivido- hace referencia al héroe griego Hércules, quien al llegar a Toledo tuvo la ocurrencia de construir un magnífico palacio para guardar un tesoro bajo un gran candado. Cuando su puerta contaba con 24 candados, comenzó a reinar don Rodrigo, el último rey visigodo, que en lugar de cumplir la secular tradición se empeñó en entrar en el palacio para satisfacer su curiosidad.

Por si esto fuera poco, una enorme águila quemó el palacio con un tizón encendido prendido en su pico. De aquella rica fortaleza sólo quedó lo que popularmente se conoció desde entonces como las Cuevas de Hércules.