Tecnología
No cabe duda de que las nuevas tecnologías nos facilitan la vida, ofreciendo una gama de servicios que hace pocos años ni siquiera podíamos soñar. Mandar un correo electrónico o pedir cita en el médico son prácticas habituales que se pueden hacer de un solo clic.
Actualizado:Cierto es que en alguna ocasión, como la mía, esos mismos avances te hacen verte inmiscuido en una burocracia sin fin. Me explico, el pasado día 24 de noviembre y tratándose de un documento importante, me dispuse a mandar un burofax a través de la página de Correos. De una manera fácil y rápida me permitieron hacerlo, abonando 21,25 euros de mi tarjeta de crédito en concepto de acuse de recibo y una copia certificada del documento enviado que harían llegar a mi domicilio en un par de días. A día de hoy no he recibido nada, ni acuse, ni copia, ni excusa y todo ello después de un montón de llamadas a un 902 en el que poner reclamaciones y quejas que no llevan a ninguna parte. Antiguamente, se trataba con personas a las que reclamar y no sé si se conseguiría más, pero al menos te desahogabas. Ahora hablas a una telefonista a la que le importa un pimiento tu problema y sólo quiere que termine su jornada para que dejes de darle la plasta. En muchos casos, créanme, hemos avanzado hacia atrás.