El senador por Illinois y aspirante a la candidatura presidencial demócrata Barack Obama, durante un acto de campaña en Hy-Vee Hall después de ganar el Caucus de Iowa. /EFE
Obama se impone a clinton

Iowa apuesta por el primer presidente negro de EE UU

Los votantes acudieron en masa a las urnas con un mensaje de cambio

DES MOINES (IOWA) Actualizado: Guardar
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Las emociones estaban a flor de piel. Rodaron las lágrimas y tuvieron que pellizcarse para creérselo, porque ayer, en Iowa, ganaron los que se atrevieron a soñar y salieron en masa a votar con el corazón. Empezando por Barack Obama, que le sacó ocho puntos a la todopoderosa Hillary Clinton y puede convertirse en el primer presidente negro de EEUU, ahora que ha sido votado mayoritariamente en un estado que apenas tiene un 2,3% de afroamericanos.

“¡Oh, tío, no me lo puedo creer!”, proclamaba Thomas Wellington, un agente de Hollywood de 29 años que había colgado su trabajo durante diez días para echar una mano en la campaña de la esperanza. “Es como si de verdad pudiera pasar algo bueno en este país. Siempre se jode todo en el último momento. Esto es lo mejor que me ha pasado en mi vida, ningún triunfo personal que haya tenido nunca lo supera”.

Le venía a la cabeza el batacazo de Howard Dean en las elecciones pasadas, pese al ejército de jóvenes ilusionados llegados de todo el país dispuestos a cambiar el mundo. O incluso el asesinato de Robert Kennedy, que aglutinaba a los hippies de los sesenta. A ese nivel está el senador de Illinois de 46 años que hoy por hoy tiene más posibilidades de representar al Partido Demócrata en las elecciones de noviembre en las que se elegirá al sucesor de George W. Bush. No es que Clinton esté fuera de juego, todavía puede seguir los pasos de su marido remontando el martes en las primarias de New Hampshire, pero el tercer puesto que anoche obtenía, con el 99% de los votos contados, era todo un fracaso para la que muchos veían ya convertida en la primera mujer presidente de EEUU.

Para el tercero en discordia dentro del Partido Demócrata, la historia volvía a repetirse. John Edwards quedaba segundo, igual que hace cuatro años, cuando acabó de vicepresidente de John Kerry. Lo que le daba oxígeno para continuar en la contienda es haber superado a alguien de la talla de Clinton, aunque sea por los pelos (30% y 29%, respectivamente).

También en el lado republicano ganó el candidato que más se aleja del aparato del partido. Con el 34% de los votos Mike Huckabee, un predicador baptista de Arkansas que hace poco más de un mes era el quinto en las encuestas, desbancó al potentado ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, que se quedó en la cuneta con un 26%, una vez que la base evangélica se pasó al rebaño del pastor. Su esperanza, como la de Hillary, es desquitarse el martes en su feudo de New Hampshire, donde le sigue los talones John McCain. El senador de Arizona fue otra de las sorpresas de estos 'caucus'. Pese a no haber hecho campaña en Iowa obtuvo el 13% de los votos y fue el único que anoche durmió en una cama. Los demás hicieron las maletas y cogieron el primer avión a New Hampshire, porque ahora, más que nunca, no hay tiempo que perder. La carrera hacia la Casa Blanca no ha hecho más que empezar.