Renacer
Los aficionados amarillos esperamos ilusionados que este nuevo año traiga consigo un verdadero renacimiento de aquellas expectativas generadas durante el pasado verano. En mi opinión, gracias al inteligente trabajo de Antonio Calderón, una victoria frente al Málaga significaría, no sólo su consagración como entrenador, sino también una inflexión, un cambio de rumbo y una aceleración del ritmo en la marcha del equipo cadista.
Actualizado: GuardarEstoy convencido, sin embargo, de que los mayores beneficiarios serían los jugadores: crecerían sus cotizaciones profesionales, sus respectivas autoestimas y la valoración de los aficionados. Muchos lectores ya habrán comprobado cómo algunos de los futbolistas que en los primeros partidos eran considerados como prescindibles, en la actualidad constituyen piezas fundamentales del engranaje de esa máquina que, con algunos retoques, nos va a proporcionar unas intensas alegrías.
Lo malo, según algunos críticos, es que, si logran situarse en el escaparate luminoso de la cabeza de la clasificación, es posible que algunos sigan los derroteros de Lobos. A mí, sin embargo, este riesgo no me disgustaría si el dinero de los traspasos se invierte en equilibrar el presupuesto, en fichajes rentables y, sobre todo, en alimentar la cantera. Hemos de ser conscientes de que el futuro de un club modesto como el nuestro depende de ese factor fundamental: la adecuada administración de la economía: de la cartera y de la cantera. Por eso, en mi carta personal a los Reyes Magos, les he pedido que a lo largo de esta temporada, varios chavales del Cádiz B suban al primer equipo.
Éste sería, a mi juicio, el milagro de un entrenador que vivió personalmente estas mismas sensaciones. Mientras tanto, unamos todas nuestras fuerzas mentales para lograr que los tres puntos que se disputarán el próximo sábado se sumen a los de nuestro casillero.