Varios policías montan guardia en el acceso al palacio presidencial en Islamabad, protegido por una alambrada. / AFP
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Musharraf oculta el retraso electoral con una investigación externa del magnicidio

El líder paquistaní acepta que Londres ayude a esclarecer la muerte de Bhutto tras aplazar los comicios al 18 de febrero

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Pakistán celebrará elecciones el 18 de febrero. La cita con las urnas sufre así un retraso de seis semanas sobre la fecha prevista -el próximo martes- que la Junta Electoral ha justificado argumentado que no se dan las condiciones precisas para el desarrollo de una votación. El presidente de la comisión, Qazi Muhammad Farooq, insistió además en que la destrucción de material y oficinas electorales, sobre todo en la provincia sudoriental de Sindh, durante los disturbios que siguieron al asesinato de Benazir Bhutto, hacían «imposible» mantener la convocatoria inicial.

Las valoraciones sobre el cambio de fecha no se hicieron esperar y el mismo presidente, Pervez Musharraf, se dirigió a la nación para calificar de «tragedia» lo ocurrido a la ex primera ministra y pedir a los ciudadanos que se comporten de forma pacífica para «expresar su odio por medio de los votos. Es momento de reconciliación, no de confrontación», apuntó en clara referencia a los actos vandálicos que han asolado el país desde la muerte de Bhutto.

En un mensaje medido y muy oportuno, el ex general defendió el retraso de los comicios -que según todos los analistas beneficia a los intereses de su partido, cuya imagen ha sufrido un severo revés en los últimos siete días- y lanzó un guiño a la oposición al anunciar un acuerdo con el primer ministro británico, Gordon Brown, para que Scotland Yard participe en la investigación del asesinato de la antigua jefa de Gobierno.

De esta manera, Musharraf aborda uno de los temas más polémicos y que más problemas le está causando: la investigación del asesinato. Desde que el portavoz del Ministerio de Interior, Javed Cheema, informara de que Al-Qaida era la culpable de la muerte de Benazir y de que se había producido debido a un golpe en la cabeza que se dio contra el techo del vehículo tras salir despedida con la explosión ocasionada por el kamikaze no han parado de verse imágenes y de conocerse testimonios que contradicen esta información oficial.

Desde Reino Unido han anunciado que un pequeño equipo del Comando de la Policía Metropolitana Antiterrorista está listo para volar a Islamabad a finales de semana. Aunque no se trate de la investigación tutelada por la ONU y al estilo de la llevada a cabo con el asesinato del ex primer ministro libanés, Rafic al- Hariri, que era lo que pedía el Partido Popular de Pakistán (PPP), la participación de servicios extranjeros ha sido recibida como algo positivo.

Oposición indignada

El discurso conciliador del presidente también tuvo palabras de homenaje para Benazir, con la que dijo compartir «el mismo objetivo de combatir el terrorismo y hacer florecer la democracia. Tenemos que luchar con todas nuestras fuerzas porque si perdemos esta batalla el futuro de Pakistán lo veo muy oscuro».

Este buen gesto, sin embargo, no ha sido suficiente para sofocar la indignación generalizada en la oposición por el retraso de los comicios. Después de las tres reuniones de la Junta Electoral y de las filtraciones de los últimos días pocos confiaban ya en que se mantuviera la fecha del 8 de enero y por eso, aunque críticos, los responsables del PPP, principal fuerza de la oposición, decidieron acatar la decisión y no boicotear los comicios. «Tomaremos parte en las elecciones», declaró el presidente en funciones del PPP y viudo de Bhutto, Ali Asif Zardari, tras la reunión de la junta central del partido llevada a cabo en la finca de la familia en Naudero, al sur del país.

La muerte de la ex jefe de Gobierno ha supuesto un auténtico torbellino en un país ya de por sí inestable. En la última semana al menos sesenta personas han perdido la vida y se han causado pérdidas por valor de billones de dólares en las protestas que han recorrido todas las ciudades importantes del país. Seis semanas de margen, con la festividad musulmana de Moharram en medio, pueden ayudar a superar el momento actual de crisis, aunque si se echa un vistazo al pasado más próximo, todo es posible en Pakistán.