ESPAÑA

La autopsia revela que la joven de Agost murió de frío y sin violencia

El juzgado de Novelda que investiga el suceso mantiene la causa bajo secreto pero podría archivarla en breve si se descarta la intervención de terceros

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Las numerosas incógnitas que rodean la muerte de María Dolores Yeste, la joven de Agost cuyo cadáver fue hallado el pasado lunes en una cima del Maigmó, continúan sin ser despejadas.

La autopsia practicada ayer en el Tanatorio de La Siempreviva únicamente ha servido para confirmar lo que se antojaba casi una evidencia: que esta estudiante de Trabajo Social de 22 años falleció a causa del frío varios días antes de que su cuerpo desnudo fuera encontrado en un punto tan escarpado de la sierra, según informaron fuentes próximas a la investigación.

«Hasta el momento no se desprende la comisión de ninguna acción delictiva» en relación al óbito, pero el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Novelda mantiene abierta la investigación bajo secreto de sumario a la espera del informe definitivo de la prueba forense, según explicaron ayer en un comunicado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV).

El magistrado podría archivar en breve las diligencias si se descarta definitivamente la intervención de terceras personas en el trágico suceso.

La autopisa ya ha confirmado por el momento la ausencia de violencia humana sobre el cuerpo de la joven, que sí presentaba en cambio arañazos y algunas heridas sangrantes debido a la acción de las piedras y los arbustos durante el ascenso a la cima de la montaña.

Con todos estos datos, la hipótesis más firme con la que trabajan los investigadores es que la chica, presa de alguna idea delirante relacionada con la religión, decidió ascender al risco donde fue hallada unos días después de su desaparición con la intención de dejarse morir a la intemperie.

La clave de esa acción puede radicar en un pasaje que había subrayado en una biblia hallada al poco tiempo en su habitación: algo así como que «la salvación está en la montaña».

De esta manera, María Dolores habría salido de casa en pijama el mismo día de Navidad con la excusa de estacionar bien su vehículo. Unas horas antes había realizado una breve visita a su novio en Alicante en la que habría tratado de convencerle de que la acompañase.

Después se dirigió a las faldas del Maigmó, aparcó el coche en una zona conocida como El Palomaret y empezó a desvestirse para subir a pie hasta lo alto de la sierra, cuya cima se sitúa a más de mil metros de altitud.

Sus padres denunciaron la desaparición al día siguiente. Probablemente, para entonces María Dolores Yeste ya había fallecido al pasar toda una noche sin ropa con temperaturas cercanas a los cero grados, si no más bajas.

La Guardia Civil trata de reconstruir ahora sus últimos pasos y sondea su círculo más íntimo de amistades para descifrar qué fue lo que le pasó a la muchacha por la cabeza antes de adoptar tan descabellada determinación. Sobre todo porque hay una familia angustiada que no encuentra explicaciones.