LA ZONA. Calle de Los Albarizones donde se produjo el incidente.
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«Se oyó un cohete, había mucho humo y vi a mi hija tirada en el suelo»

Francisca Márquez cuenta que su barriada parecía «una guerra» en Fin de Año debido a las explosiones de artefactos pirotécnicos

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Los Albarizones parecía «una guerra» en la noche del 31 de diciembre, cuando decenas de niños y adolescentes salieron a la plaza de la barriada para quemar petardos, tracas y otros artefactos pirotécnicos. Francisca Márquez, madre de la joven que fue alcanzada por uno de estos objetos, cuenta que en los más de 30 años que lleva viviendo en la zona no había visto nada igual. Y asegura que el ruido y el humo eran insoportables pese a que su casa se sitúa a 300 metros de la plaza.

A Rocío le daban «pánico» los petardos pero pasada la medianoche y después de tomar las uvas, salió con su madre, sus tres hermanas y su hijo para felicitar a una vecina que cumplía años y llevarle un regalo. Se quedó fumando un cigarro apoyada en un coche, no le dio tiempo a reaccionar ante la explosión. «Había desde padres a niños pequeños, mucho bullicio de gente, estaban tirando petardos como locos», recuerda Carmen, una de las hermanas de Rocío. «Se oyó un cohete, había muchísimo humo y dije 'Dios mío, esto es demasiado, va a pasar algo', y cuando me di cuenta vi a mi hija tirada en el suelo», relata Francisca aún aturdida por el impacto de lo ocurrido.

En ese instante se acercó a ella junto a sus otras hijas para intentar detenerle la hemorragia con un pañuelo. Pero sangraba mucho y no había tiempo que perder. «Yo la cogí, me monté en el coche y nos fuimos directas al Hospital de Jerez», cuenta Carmen. Rocío fue atendida en Urgencias alrededor de las doce y media de la noche, pero los médicos decidieron trasladarla al Puerta del Mar debido a la gravedad de sus heridas, que hacían necesario su ingreso inmediato en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Según informó la familia, como consecuencia de la deflagración una vecina de la barriada que se encontraba en ese momento junto a Rocío sufrió lesiones en un oído.

Los afectados tardarán mucho tiempo en olvidar esa Nochevieja trágica. «Eso no son petardos, son bombas que pueden costarle la vida a alguien. Si quienes los tiran salen heridos o sufren quemaduras, es su problema, pero no hay derecho a que provoquen daños a otras personas, por eso deberían estar prohibidos», asegura Carmen con preocupación.