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La televisión despidió 2007 con suficiencia, pero sin brillantez
Todas las cadenas, eso sí, hicieron lo imposible para que no nos equivocáramos con las uvas
Actualizado: GuardarNadie espera ya de nuestras cadenas que nos sorprendan con un espectáculo deslumbrante para el fin de año -y mucho menos para el comienzo-, de manera que el espectador, esta Nochevieja, pudo asistir con el ánimo tranquilo a la habitual exhibición de medianías más o menos graciosas, más o menos desdichadas. Todos, eso sí, hicieron lo imposible para que no nos equivocáramos con las uvas.
CRUZ SIN RAYA
TVE 1 empezó la noche rifando un sueldo anual entre la audiencia. Pero lo más importante de la Primera era su programa especial de Nochevieja, en el que comparecía en solitario José Mota, ex Cruz y Raya, después de la división por agotamiento del dúo. Se trataba de un espectáculo de música y humor titulado Ciudadano Kien y que era algo así como una expresión del sentir del «hombre cualquiera» ante los vaivenes del mundo en 2007.
Desde el punto de vista técnico y estético fue un programa cuidado, elaborado con buena mano, trabajado a conciencia y salpicado con imitaciones verdaderamente admirables, como la de Mota en guisa de Rutger Hauer en la escena final de Blade runner. Sin embargo, desde el punto de vista del contenido, fue un poco decepcionante: se parecía demasiado a lo que siempre ha hecho Cruz y Raya y todos sus alardes escénicos quedaban frustrados en resoluciones cómicas muy elementales, demasiado obvias.
Después, y navegando sobre un espectáculo considerablemente desangelado (Feliz 2008, se llamaba), llegaron las uvas. Las dieron Anne Igartiburu, embutida en un no-vestido que desafiaba al cambio climático, y Antonio Garrido, que parece va a convertirse en nuevo rostro corporativo de TVE. Las uvas fueron doce, lo cual no deja de ser tranquilizador.
UN PETARDO EN ZARAGOZA
Telecinco, que el año pasado solventó la noche con música en lata, pareció esta vez dispuesta a dar la batalla y despidió 2007 con un largo programa especial de 'Escenas de matrimonio, donde las tres parejas derrochaban sus habituales raciones de hiel. Se agradece el gesto por lo que tiene de contribución al entretenimiento. Ahora bien, hubo dos cosas poco memorables: una, que el espectáculo se parecía demasiado al de Nochebuena; la otra, que se les quedó corto y lo rellenaron con media hora de tomas falsas, lo cual llegó a hacerse agotador.
Al final todo se justificaba por el rito de las campanadas, que Telecinco dio desde Zaragoza, por aquello de la Expo 2008, y con Soledad Mallol y David Muro, los de mediana edad de Escenas de matrimonio, subidos en un escenario en la vía pública. La idea era buena, pero la cosa quedó bastante triste. Primero, hacía un frío que pelaba, a juzgar por el temblor que se había apoderado de los presentadores y las densas nubes de vaho que salían de sus bocas. Después, alguien les arrojó un petardo. Era todo como de traca, y nunca mejor dicho. Ni Zaragoza merece eso, ni la idea de Telecinco merece haber quedado deslucida. Los tambores de Calanda y un espectáculo pirotécnico dieron la bienvenida al año.
El resto de la noche fue, como de costumbre, recopilación de espectáculos enlatados en un ambiente como discotequero. Además de Carmen Alcayde, limitada este año a eso, estuvieron allí Christian Gálvez y Ana Martín. Encantado de conocerlos.
DOCE AÑOS, DOCE UVAS
Antena 3 presentaba un «acontecimiento»: era el duodécimo año que Ramón García cantaba las doce uvas. La verdad es que el cambio de TVE 1 a Antena 3 no se le ha notado, y eso es bueno. Todo esto vino después de una noche organizada de manera extraña, como si la cadena hubiera pretendido hacer lo más posible con el mínimo gasto disponible. Primero tuvimos una larga ración de Al pie de la letra, el programa karaoke que presenta Javier Estrada. Estuvo decente, con rostros famosos, mucha gente en el escenario. Demasiada. Además, tendían a moverse con aquella desorientación convulsa que tanta gracia tenía cuando la componían Gaby, Fofó y Miliki, pero que aquí quedaba un poco fuera de lugar.
Entre el karaoke y las uvas, Antena 3 montó un espectáculo todo a cien con los resultados de su encuesta sobre los tesoros de España. Una idea buena, pero puesta en pantalla con excesiva pobreza. Nuestros doce tesoros sirvió, en todo caso, para darle un toque cultural a la noche, y tampoco está el patio para desdeñar esos ejercicios. De los tesoros se pasó a las uvas, en el tópico escenario de la Puerta del Sol de Madrid. Y allí estaba Ramón García con una txapela del Athletic y, a la sombra de la txapela, Anabel Alonso, actriz muy querida en la casa. Lucía un escote-billar, dada la relevancia que cobran aquí los objetos esféricos. Luego vino el mismo programa musical que daban las demás cadenas; aquí se llamaba Bailando al 2008.
LAS TRES GRACIAS
La 2 hizo algo un poco desconcertante. Hasta ahora, lo que caracterizaba a esta cadena era emitir programas de acompañamiento, relajados y tranquilos, «para espectadores como usted», que diría Erquicia. Esta vez, por el contrario, abrió la noche con una entrega de Muchachada nui, que tendrá sus virtudes, pero que no era un programa para emitirlo antes de las diez. Después ofreció un especial de Gomaespuma que recorría los 25 años de trabajo de este célebre dúo, cuyos méritos nadie niega, pero... ¿Por qué un programa especial en TVE en Nochevieja? El consuetudinario espectáculo Sol de medianoche quedó postergado en su horario, y el espectador de La 2, probablemente, desconcertado.
¿QUÉ QUERÍAN?
Los que, visiblemente, no sabían qué querían hacer eran los de Cuatro. Primero hubo un especial de El hormiguero, donde no dejaron de meterse con Aznar. Pero después vino una cosa que se llamaba Con los Manolos. All my loving y que vino a demostrar la importancia del guionista; de hecho, allí parecía no haberlo. Manu Carreño y Manolo Lama (de ahí lo de «los Manolos»; qué ingenio) deambulaban por un escenario sin otra misión que mirarse, decir cosas invertebradas y presentar goles y canastas. Lo más notable es que, según el anuncio de la cadena, el programa tenía que ser también un resumen de los grandes éxitos de Cuatro. Quizá por eso escogieron para las uvas a los presentadores de menos éxito de Cuatro, Boris Izaguirre y Ana García-Siñériz, que trasladaron a la Puerta del Sol la atmósfera cansina de Channel nº 4.
AL REVÉS DEL MUNDO
La Sexta lo hizo al revés y puso al frente de su Nochevieja a sus presentadores de más éxito, es decir, a Patricia Conde, Miguel Ángel Martín, Miki Nadal y demás compañía de Sé lo que hicisteis. La cadena trató de envolver el programa en un celofán singular con gags cómicos sobre las barras de la carta de ajuste y otros recursos como la interpretación de canciones a cargo de los susodichos, pero, al final (y al principio), lo que a uno se le quedaba era una edición más larga de Sé lo que hicisteis. Eso no quiere decir que no tuviera gracia; la tuvo a veces, y otras veces, no, como suele ocurrir con todas las gamberradas. Las uvas se las comieron una vez más con Patricia y Martín y después, eso sí, surgió Santiago Segura, para que el público reflexionara y llegara a la conclusión de que, después de todo, pudo haber sido mucho peor.