DOS DOCENAS. En Colomera esta medianoche tomarán 24 uvas para dar la bienvenida a 2008. / L. V.
Contraportada

La gula de la suerte

El pueblo granadino de Colomera recibirá el Año Nuevo con 24 campanadas porque el reloj del Ayuntamiento no da los cuartos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El municipio granadino de Colomera recibirá hoy el Año Nuevo de una forma muy original. Como es ya una tradición en el pueblo cuando el reloj marque la medianoche no se escucharán las doce habituales campanadas sino que en Colomera sonarán 24. Esto ocurrirá porque el reloj que preside el edificio del Ayuntamiento repite dos veces las horas a falta de cuartos.

La peculiar tradición se mantiene desde hace más de diez años cuando un técnico tuvo la extraña ocurrencia de suprimir del sistema del reloj el toque de los cuartos y a cambio hacer sonar las horas dos veces en vez de una.

Junto a las veinticuatro uvas y las típicas bolsas de cotillón, a quienes reciban esta madrugada el Año Nuevo desde la plaza del Ayuntamiento colomero se les obsequiará también cinco vales, cada uno por valor de 40 euros y canjeables en establecimientos del pueblo por algunos de estos productos: panes, peces, perdices, peras y perniles.

El pueblo de las cinco 'P'

El Ayuntamiento revive así la historia de Colomera , que entre los siglos XV y XVII fue denominado la villa de las cinco 'P' por la floreciente economía de la que disfrutaba.

La tradición, que nació como casi siempre en estos casos de la anécdota, se ha convertido también en un importante reclamo turístico para atraer a visitantes al pueblo.

Con este objetivo, el Consistorio promociona cada Navidad su peculiar historia bajo el eslogan: Colomera , el doble de campanadas, el doble de suerte.

Este tipo de curiosidades se repiten estos días por diferentes localidades españolas. Por ejemplo, ayer en Lepe unas cinco mil personas se adelantaban al resto del país y, 48 horas antes de la entrada oficial del año, asistían en la plaza del Ayuntamiento del municipio onubense a unas campanadas por adelantado que comenzaron a sonar «como ensayo general» a las siete y media de la tarde.