Las ganas de fiesta se olvidan de los cotillones y se trasladan a los bares
El número de grandes celebraciones se reduce cada año en la provincia y ganan peso los actos privados Las exigencias de seguridad de los ayuntamientos disuaden a los empresarios en Nochevieja
Actualizado: Guardar«¿Qué haces este Fin de Año?». Esta pregunta habrá sido lanzada al aire en los últimos días hasta la saciedad. «No sé, saldré a dar una vuelta por ahí». Habrá sido la respuesta más utilizada, ya que, de un tiempo a esta parte se confirma el fin de las grandes fiestas de Nochevieja para dar paso a las pequeñas concentraciones de amigos, botellones caseros y peregrinaje por los bares de copas, que aprovechan para subir los precios y cobrar una entrada a cambio. «Estoy harto de los cotillones», contestaría un tercero. Y eso parece contestar toda la provincia. De Cádiz a Barbate, pasando por La Isla, El Puerto, Chiclana o Puerto Real, se lleva irse de bares.
CÁDIZ
La Policía no permitirá aglomeraciones
Para muestra de que las grandes fiestas de despedida del año están desapareciendo, Cádiz puede ser un buen ejemplo, donde apenas son cinco los establecimientos que ofrecerán un cotillón (al menos, con todos los requisitos legales que marca la normativa municipal). Por esta ausencia de nombres, el Ayuntamiento ha dejado claro que vigilará las aglomeraciones de jóvenes para que no se produzcan botellones en la calle, y aclaró que los únicos locales con autorización para acoger la primera gran fiesta de 2008 son Unicornio, Massé, Cantábrico, Menphis y Woodstock Bar.
SAN FERNANDO
Bahía Sur resiste como el referente
El tradicional cotillón anual del pabellón de la ciudad deportiva de Bahía Sur seguirá encabezando, por tercera Navidad consecutiva, la reducida lista de celebraciones organizadas con motivo de la Nochevieja en la ciudad. La gala de Bahía Sur sigue siendo el único evento que cuenta con la colaboración del Consistorio isleño, ya que durante la primera velada de 2008, el Patronato de Deportes volverá a ceder sus instalaciones a una empresa privada especializada en el ocio nocturno, en este caso a la mercantil La Luna.
Aunque se prevé que alrededor de un millar de personas acudirán a Bahía Sur en Fin de Año, la mayor parte de los jóvenes optarán por completar una ruta de pubs para celebrar la llegada de 2008. Dicha tendencia no hace sino cobrar fuerza cada Navidad, ya que los jóvenes confiesan sentirse un poco cansados de las impersonales fiestas multitudinarias.
También proliferarán los pequeños cotillones organizados por familias, asociaciones y grupos de amigos, que aprovecharán garajes y locales sociales para organizar improvisadas fiestas al gusto de sus participantes.
BARBATE
Los particulares toman el mando
En Barbate, a excepción del cotillón del Bay Bay, y los especiales de navidad que se celebran tradicionalmente en varios pubs de la localidad como La Galería, la mayor parte de la gente suele celebrar Navidad y año nuevo en locales particulares. Desde hace unos 15 años, como alternativa al botellón, diversas generaciones de barbateños, así como los grupos que las integran, suelen unirse con el objetivo de alquilar naves o pequeños locales en desuso, para reunirse o reencontrarse.
Las fiestas logran traer de vuelta a un importante número de estudiantes que se encuentran fuera de casa, pero también aquellos que tuvieron que emigrar en busca de trabajo y regresan al pueblo para celebrar estos días. Con todo esto, la noche del 31 de diciembre, Barbate es un desierto hasta que, pasadas las doce, bares, discotecas y locales abren sus puertas. Para acceder a los cotillones es necesario haber conseguido una entrada. Lo mismo sucede en las discotecas, donde suelen contratar actuaciones especiales para la fecha, además de realizar concursos y sorteos. En los locales particulares la entrada, al igual que en los bares, la entrada es gratuita y a pesar de no pertenecer a ninguno de los grupos que alquilan el lugar, se convierten en el centro neurálgico de un trayecto en el que, por lo general, se visitan entre tres o cuatro fiestas de este tipo.
EL PUERTO
Sin cotillones y mucho ingenio
Este año no habrá cotillones en El Puerto, o al menos no habrá ninguno con los pertinentes permisos y licencias. Y es que el Ayuntamiento no ha recibido ninguna solicitud al respecto. Durante las navidades anteriores, las bodegas de El Puerto, como La Alameda o 501, se convertían en auténticas macro fiestas en las que el único objetivo era beber, bailar y pasarlo bien hasta las primeras horas de la mañana, pero parece que este año ningún empresario ha visto filón en este negocio. Y tampoco habrá uvas en la plaza del Ayuntamiento. Ya era costumbre que los portuenses se desplazaran hasta la plaza del Polvorista el 31 de diciembre para tomarse las uvas todos juntos, pero esto queda también en el olvido.
De este modo, los jóvenes y no tan jóvenes que quieran disfrutar del fin de año en El Puerto tendrán que optar por el particular botellón y por buscar la música en las discotecas y pubs en los que les permitan la entrada, ya que durante esa noche los criterios de entrada se endurecen bastante debido al incremento acusado de clientes. Pero la peor partida se la llevará el bolsillo, ya que la mayoría de establecimientos cobra 20 euros únicamente por entrar en el local, a lo que habría que sumarle las consumiciones que, como mínimo, cuestan 6 euros.
Pero, como siempre, queda el ingenio de los estudiantes y mileuristas que montan sus particulares fiestas privadas en las casas situadas a las afueras de la ciudad. Con unos 10 euros compran bebidas y tentempiés para aguantar toda la madrugada.
PUERTO REAL
Mucho control sobre las citas ilegales
El Consistorio no ha recibido ninguna solicitud para realizar cotillones este año. No es algo nuevo, ya que rara vez, desde que se endurecieron de los requisitos para realizar una fiesta de fin de año, se realizan. La falta de grandes salas de fiestas provoca la estampida de un gran número de personas a los cotillones que se organizan en las localidades vecinas. Aquellos que deciden quedarse en la localidad hacen botellón en El Porvenir y toman la última copa en los locales que aún permanecen abiertos en la Ribera del Muelle.
La Policía Local velará por que no se realicen fiestas que incumplan las exigencias municipales. Entre los requisitos que ha establecido el Ayuntamiento está la presentación de un certificado que garantice las condiciones higiénicas, de seguridad y el aforo máximo permitido, la contratación de un seguro de responsabilidad civil y accidente con una cobertura mínima de 150.253 euros y hasta un tope acumulado de 1.202.024 euros y tener contratada una empresa de seguridad para fiestas a partir de las 300 personas de aforo.
CHICLANA
Donde la fiesta aún resiste
«Aunque los trámites son engorrosos y el Ayuntamiento de Chiclana los atrasa y los hace muy lentos nos apetecía mucho organizar un cotillón y finalmente este año nos hemos decidido».
Así lo aseguraba a LA VOZ Jesús López, propietario del Restaurante Azahar Costa ubicado en la carretera de La Barrosa de este municipio costero gaditano, que la próxima nochevieja será uno de los tres establecimientos (lo solicitaron cuatro pero uno no cumplió con la aportación de toda la documentación requerida), que organizará una fiesta cotillón de fin de año.
Para ello, el responsable del local asegura que tendrá que reforzar su plantilla de personal, «que estará compuesta esa noche al menos por cuatro personas en la cocina, doce camareros, un encargado, un jefe de sala y tres vigilantes de seguridad».
Con unas entradas cuyos precios oscilan entre los 60 euros que cuesta la fiesta sola y los 100 que dan la posibilidad también de acudir a la cena de gala previa «en la que se servirá una comida de primera calidad», Restaurante Azahar Costa afronta la primera fiesta cotillón en los seis años que tiene de historia con «unas 350 plazas de aforo máximo, de las cuales ya había vendido más de 200 plazas durante la pasada semana».
De momento, y esperando que la Nochevieja «sea todo un éxito para repetir el año que viene», el restaurante Azahar Costa tendrá en esa noche «un público muy variado, desde parejas cuyos familiares se encuentran fuera de Chiclana hasta familias enteras que deciden quitarse de encima la preocupación por la cena del día 31 de diciembre y venir a que se lo pongamos todo por delante», asegura Jesús.
Además, y como no podrán faltar en esta noche en cualquier fiesta cotillón que se precie, «tendremos orquesta, un pinchadiscos y barra libre». Lo normal y lo que esperan los que aún creen en estas celebraciones Las ganas de diversión y de dar la bienvenida al nuevo año como es costumbre harán el resto en uno de los pocos lugares de la provincia donde aún parece resistir la vieja tradición de irse fuera toda la noche y no esperar a las campanadas para arreglarse y salir a la calle.
INFORMACIÓN ELABORADA POR: Antonio Zamborino, Pedro Quirós, Cristina Lojo, Juan L. Jiménez y Jesús M. Aragón.