TERESA REYES | EMPRESARIA DEL HOTEL ARGANTONIO

«Soy fenicia y necesito comprar y vender para sentirme activa»

Del comercio al turismo, esta gaditana ha recorrido un largo camino como empresaria que termina, por ahora, con la apertura del hotel Argantonio en 2006

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Teresa Reyes lleva sangre fenicia en las venas, como ella misma comenta. Esta hotelera ha experimentado a lo largo de su amplia vida empresarial lo más típico de Cádiz: el comercio y el turismo. De una tienda de modas, a una cafetería y de ahí, al proyecto más ambicioso que afronta junto a su compañero y marido, el Hotel Argantonio -un alojamiento en pleno centro con 35 plazas-. Reyes reclama más profesionalización del sector y una concienciación colectiva de la importancia del turismo para la vida de los gaditanos. Sentadas en un rincón de su alojamiento turístico, rodeadas de detalles decorativos árabes -todos a la venta, por cierto- aporta su personal visión del sector.

-¿Es usted comerciante u hotelera?

-Soy fenicia y necesito comprar y vender para sentirme activa. Esto lo descubrí después de cerrar una tienda de confección y venta de ropa, La Mode. Entonces supe que no podría dejarlo.

-Ahora es la empresaria de Cafetería Chamara, la tienda de decoración Milenium y del Hotel Argantonio. ¿Qué echa más de menos en el sector hostelero y hotelero?

-Sin duda la profesionalización y la concienciación de los ciudadanos de que el turismo es y será lo que dé de comer al gaditano. Tenemos que hacer las cosas muy bien para que vuelvan a Cádiz y para dejar un buen puesto a los que vengan detrás.

-¿Cuál sería la actuación prioritaria para paliar estas carencias?

-Propondría comenzar a trabajar inmediatamente en la concienciación de la gente. Hay que tener más conciencia de grupo y trabajar para ti y para los demás. Un café bien puesto, un taxista amable y profesional, una gente informada y cooperadora. Todo influye para que el turista de calidad, que es el que viene a Cádiz, repita destino.

-¿Cómo le picó el gusanillo del mundo empresarial?

-Todo comenzó en la tienda de ropa. Me gustó mucho crear empleos y ver que por nuestro esfuerzo facilitábamos la vida a otros gaditanos.

-¿Cómo llegó la idea de montar el Hotel Argantonio?

-Ya teníamos la finca y para pagar la hipoteca creamos una residencia de estudiantes, que funcionó cinco años. Pero detectamos que había demanda de camas en Cádiz para los turistas y nos embarcamos en la inversión más grande que hemos hecho para restaurar el edificio.

-¿Está contenta con el resultado?

-La verdad es que nos va muy bien. Siempre tenemos clientes y trabajo.

-¿Qué opina de aquellos trabajadores del sector que dicen que el empresario no está dispuesto a pagar por la formación?

-Que es posible, pero que también hay trabajadores que han pasado por programas formativos pero que no aguantan el ritmo de la hostelería. Hay que saber servir bien y atender en una bulla, porque eso es lo que se van a encontrar en Cádiz. Aquí hay pocos restaurantes y cafeterías de lujo, en los que por el número de clientes se puedan permitir media hora por mesa. En Cádiz hay que atender rápido y bien.

-¿A qué le suena la conmemoración del Bicentenario de La Pepa?

-Me suena a algo precioso. A un grandísimo momento para Cádiz, en el que deberíamos colaborar todos. El 2012 debería ser un antes y un después en Cádiz.

-Pregunta típica de estas fechas, ¿qué le pide al año 2008?

-Para todo el mundo, paz; y para el sector turístico, que mejoremos todo lo que se pueda mejorar. Siempre hay cosas que cambiar, puesto que los turistas están en continua evolución, demandando cosas nuevas. Por ejemplo, no encuentro lógico que haya normas pensadas sólo para grandes hoteles y no para pequeños establecimientos como el nuestro. Me refiero a que habría que explotar al máximo los valores históricos de los edificios como éste y no estropear la estructura porque la normativa exija un montacargas. Es completamente absurdo.

mmorales@lavozdigital.es