El tren de la Navidad
Si hay algo que seguro que recuerdan los visitantes que llegan durante estas fiestas a la localidad es el tintineo de la campana y los villancicos del tren turístico que cada año pone en funcionamiento la asociación de comerciantes de la villa. Este tren llega el día en que todos los niños reciben las vacaciones y se va con la cabalgata de Reyes. Para los padres es un alivio ya que sirve de distracción en las largas horas en casa; para los comerciantes resulta un reclamo para aumentar las ventas de sus establecimientos.
Actualizado:Los empresarios que pertenecen a la asociación de comerciantes (Apreco) disponen de un talonario de billetes de tren con el que premian la fidelidad de los clientes y el volumen de las compras que realizan en sus establecimientos. Se trata de una forma de llamar la atención y fomentar el comercio tradicional frente a la feroz competencia que ejercen los grandes centros comerciales de las ciudades vecinas.
El tren de la navidad lleva sembrando de risas, ilusión y alegría en las calles de la localidad más de una década. Sin embargo, la crisis también ha llegado al particular mundo del ferrocarril de la ilusión puertorrealeño. En años anteriores la asociación de comerciantes sorteaba 3.000 euros en compras, que al más puro estilo de Pretty Woman, había que gastar en al menos diez comercios de entre los participantes. Este año la falta de fondos y la poca participación de los empresarios no ha propiciado la actividad.
Pese a todo, iniciativas como ésta mantienen a flote el comercio tradicional de la calle de La Plaza y alguna de sus perpendiculares. También sirven para impulsar a la zona la instalación del tradicional mercadillo navideño en las diferentes plazas y el concurso de escaparates. Cualquiera cosa con tal de hacer frente a los gigantes comerciales de los municipios cercanos.
Además, esta época del año resulta crucial para la supervivencia del comercio local por la masiva venta que genera y que cada vez supone más en la cuenta de resultados generales. Los agresivos precios de las grandes cadenas y almacenes está provocando el cierre de establecimientos de toda la vida y el éxodo de clientes a los megacentros de alrededor. Por su parte, los negocios locales ofrecen a los consumidores la baza de la cercanía, atención familiar y gracias al tren han sido capaces de movilizar a los padres incentivando los paseos por la calle, de los que finalmente se benefician comerciantes y hosteleros.
Animación
Mientras tanto, el tren del comercio céntrico continúa su vuelta por las zonas más representativas del casco antiguo. El conductor, que hace las veces de animador de la fiesta, reaviva a los pasajeros con canciones de las de toda la vida: la del «cochecito leré», la de «la cucaracha que ya no puede caminar», «hola don pepito»... o los más tradicionales villancicos.
Este año la improvisada estación donde niños y padres esperan a subir al tren se ha colocado en la plaza de Los Descalzos. Una azafata recoge los billetes que han regalado los más de 100 comerciantes adheridos a Apreco y emprenden un viaje de algo más de 20 minutos. La locomotora estará en funcionamiento todos los días de las fiestas con excepción del día de año nuevo. Su horario es de diez de la mañana a as dos y media de la tarde y de cinco a nueve y media.
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