Cartas

Los replicantes

En pleno debate sobre los derechos de autor y el cobro anticipado por copia privada, resulta interesante plantearse qué es una obra nueva y qué es un autor en términos concretos para que merezcan protección legal... inquisitoria incluso.

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Una mítica película de ciencia ficción a la que alude el título de esta carta fue estrenada en 1982 ya con dos versiones diferentes. Dos años después surgió su BSO y, un par después, el primer videojuego basado en la historia. En 1991 surgió una nueva versión no autorizada por el director, Ridley Scott, que hizo una réplica de su propia historia en 1992 con la coletilla 'El montaje del director'. Primera tanda de sobras visuales.

En 1997 surge otro videojuego para PC basado en esta gallina con huevos, como mínimo, del preciado metal. Aquí no termina la historia porque este año asistimos atónitos a la versión supermegadefinitiva... con los restos de desechos del montaje original y con un nuevo tratamiento de la imagen. Entre los extras puede que incluyan el horóscopo del asistente de iluminación.

A esto añadimos que primero fue vendida en VHS, luego en LaserDisc, también emitida en TV, después salió en DVD, más tarde en Blue Ray Disc, y lo que nos queda.

Con esta trayectoria comercial jalonada por el cobro sucesivo de derechos de autor, que alguien me explique a qué se llama copia, plagio, réplica descarada o, directamente, tomadura de pelo, eso sí, legal.