Feliz año de las multas
Actualizado:Parecía ya imposible dar con una novedad, con un anuncio realmente original en la letanía de resúmenes, balances y buenos propósitos que siempre provoca el cambio de año. Pero las sorpresas siempre aparecen donde menos se les espera (claro, o no lo serían).
En un artículo sobre los presupuestos municipales de Cádiz, en un texto aparentemente técnico y sesudo se ha colado esta semana el anuncio más rompedor y brillante de todos los que se han hecho públicos en el mundo para el inminente 2008. Según la oposición municipal, y ningún concejal del equipo de gobierno lo ha negado luego, el consistorio gaditano «prevé ingresar el próximo año el doble de dinero en concepto de multas de tráfico. Ha previsto una partida de ingresos de 1,8 millones de euros en concepto de multas y sanciones impuestas por la Policía Local, en vez de los 900.000 del año que acaba». Asombroso. Escalofriante. Glorioso. Propio de seres sobredimensionados, que diría don Antonio. Algún técnico, gestor o cargo público del Ayuntamiento de Cádiz tiene poderes y ya sabe el tío que, durante el próximo año, habrá más gente que aparcará en zonas de carga y descarga o pilotará una moto sin casco.
Una vez ya se dijo que había espectros en la Casa Grande de San Juan de Dios. Nadie pudo confirmarlo. Pero ahora sabemos que hay videntes, mentes capaces de prever el futuro hasta el punto de ponerle cifras. De otra forma, es imposible entender el anuncio. Las multas, según los diccionarios, son castigos económicos legales, inferiores a la condena, que se aplican cuando alguien incumple una norma aceptada para todos. Hasta que no se viole la regla, hasta que alguien no se salte un semáforo, por ejemplo, nadie puede prever que se aplicará la represalia.
Es abracadabrante que alguien sea capaz de adelantarse a la infracción, saber que va a producirse e, incluso, calcular lo que va a cobrar por ella a través de la multa consiguiente. Viene a ser (a pequeña escala) como si el Consejo General del Poder Judicial dijese: «Calculamos que el año que viene habrá 3.000 sentencias por asesinato, en vez de las 1.450 de este año». Para cagarse, El Orfanato se queda en patio de recreo al lado del escalofrío que da esto. Quizás lo mejor sea intentar reirse, porque de lo contrario se le pasan a cualquiera ideas feas por la cabeza. Así, de pronto, aparecen dos.
La primera es que, si el Ayuntamiento cuenta con la previsión de poner más multas por infracciones de tráfico o violaciones de ordenanzas públicas es porque sus responsables ya saben que se están produciendo pero no las castigan. Es decir, consienten que se recorra en moto calles peatonales, que los alrededores de las avenidas sean una selva de doble fila, que la basura se saque a cualquier hora o que la peña orine donde le venga en gana. La administración local, según esta teoría, sabe que hay infracciones que no castiga, por eso es posible incrementar el número de multas. Los responsables municipales están seguros de que se puede ingresar más porque hay muchas conductas punibles que se pueden castigar y no se hace por dejadez, por omisión de una obligación legal fundamental…
No, no, esta opción es muy chunga. No es posible. Mejor no pensar que un Ayuntamiento permite a sabiendas numerosas infracciones y no hace nada por evitarlas, aunque prometa multarlas en 2008.
La segunda opción creíble para que crezca el número de multas, hasta el doble, nada menos, es que los funcionarios municipales no vayan a pasar ni una, que vayan a sancionar conductas que no son punibles, o que vayan a ir a la caza de infractores de cualquier forma, a saco, haciendo pagar a los pocos justos por los muchos pecadores... Es decir, que vayan a ir a lo seguro, a crujir a los que aparcan mal por medio centímetro, que esos sueltan la pasta seguro. Los de la conducción temeraria son menos, tienen antecedentes y, además, peor pronto.
No, no, esta segunda teoría también suena fatal. Hay que ser muy mal pensado.
¿Lo ven? sólo queda una opción posible: tienen una bola de cristal en la que se ven los adelantamientos prohibidos tres meses antes de que se produzcan. Minority Report en versión caletera, con Seisdedos en el papel de Tom Cruise.
Puede que sea por una sobredosis de telefilmes navideños, de esos babosos de dar cabezadas, pero algunos ilusos gaditanos sueñan con tener una Policía Local, un Ayuntamiento, en suma, que tenga como prioridad reducir y prevenir los abusos en el tráfico, las faltas contra la limpieza, contra los convecinos, en vez de uno que calcula cuántos se van a producir, uno que espera a que se produzcan para hacer caja. Soñábamos con que las multas sirvieran para que la gente hiciera menos el cafre, no para sanear balances. Cándidos.
En fin, feliz 2008, pero entre los angangos y los de la gorra, como decía aquel divino calvo, «tengan cuidado ahí fuera».