Hasta la vista
Actualizado:espido el año 2007 tal y como he despedido a Lucas Lobos del Cádiz, con bastante indiferencia. Cada mes de enero nos autoengañamos al pensar que el nuevo año será mejor que el anterior, por lo que al final la desilusión es mayor y las ganas de cambiar crecen conforme se acerca la Nochevieja. Lo mismo sucede con algunos futbolistas. Sueñas con que será el más indicado para llevar a tu equipo a la gloria y resulta que, o no se adapta, o se lesiona, o es un incomprendido, o yo qué sé. Pues ésto último es lo que he terminado expresando cuando se me pregunta por Lobos. Prometía al llegar, se le vieron maneras (y qué maneras), se lesionó y ni me acuerdo ya de cómo jugaba. Espero que los aficionados, por nuestro bien, no le echemos de menos, al tiempo que no le deseamos tampoco ningún mal. Esto, al menos es lo que se desprende de una curiosa encuesta que ha elaborado la competencia en la que al 53 por ciento de los votantes le parece bien el traspaso del argentino al Tigres de Monterrey, es decir, le parece bien que progrese como futbolista. No puedo evitar sorprenderme por el matiz que se nos ha querido vender desde el principio de esta operación. Soy consciente de que el Cádiz no es el Fútbol Club Barcelona pero, prefiero la Segunda División española a la máxima categoría de la liga mexicana. Sin embargo, si voy a ganar bastante más dinero, pues me lo pensaría tal y como le podría haber ocurrido al bueno de Lucas Lobos, aunque no lo veo. Tampoco veo que en esta situación vayan cogidos de la mano el progreso deportivo y el económico. También es cierto que las arcas del club podrían haber engordado más en verano, por lo que no llego a entender demasiado bien este fichaje a mitad de temporada. Será el efecto del cava pero sigo sin verlo.