La ola de violencia desatada tras el asesinato de Bhutto deja 38 muertos
Enfrentamientos en las calles y saqueos tras los actos en memoria de la ex primera ministra
KARACHI Actualizado: GuardarAl menos 38 personas han muerto en la ola de violencia desatada el jueves tras el asesinato de Benazir Bhutto. Otras 53 han resultado heridas. Los incidentes más violentos se han registrado en la provincia de Sindh (sur), de donde era natural la ex primera ministra paquistaní. Sólo en su capital, Karachi, ha habido 17 muertos.
Hoy, dos días después del asesinato, todavía se pueden ver coches ardiendo en distintos puntos de Sindh, donde también se han incendiado fábricas, tiendas y restaurantes y los disturbios han dejado igualmente decenas de heridos, según las autoridades.
Los alborotadores prendieron fuego en Karachi a tres fábricas, un restaurante, dos tiendas y varios vehículos, según los bomberos. Además, fuentes médicas indicaron que al menos 26 personas resultaron heridas de bala durante la noche, muchas de ellas disparadas por los propios manifestantes.
Según el jefe de la Policía de Karachi, Azhar Farooqi, 17 personas han muerto desde el jueves en esta ciudad, mientras que también se calcula que hay decenas de heridos. La Policía ha detenido a 250 personas.
Además, desconocidos han abierto fuego contra la caravana de vehículos de los partidarios de Bhutto cuando regresaban a Karachi tras el funeral. Un hombre murió y otros dos resultaron heridos, según un portavoz del partido de la ex primera ministra.
El Ejército, la Policía y las fuerzas paramilitares patrullan las calles casi desiertas de la cercana ciudad de Larkana, lugar natal de Bhutto, donde los disturbios han dejado importantes destrozos en tiendas y otros edificios.
Mientras en Rawalpindi, la ciudad-acuartelamiento cercana a Islamabad en la que tuvo lugar el atentado, miles de partidarios de Bhutto se han enfrentado hoy con la Policía, que ha tenido que recurrir al uso de gases lacrimógenos para intentar dispersar a la multitud. Los partidarios de la ex primera ministra han lanzado piedras y han roto cristales tras asistir a una ceremonia de oración en su memoria.
El Gobierno, en un intento desesperado por controlar la situación, ha enviado al Ejército a varias ciudades. Así, los soldados patrullan hoy varios barrios de Karachi, cuyos habitantes se quejan de falta de alimentos y combustible.