No es el número el que pelea, sino el esfuerzo
No es el número el que pelea sino el esfuerzo, ni vencen los muchos sino los denodados. Esta arenga dada por Tarik justo antes de la batalla del Río Guadalete hace ya casi trece siglos de historia fue lo primero que me vino a la cabeza al escuchar en la Asamblea General de la CEOE su plan de competitividad para España. Y es que en España somos como los visigodos de la época de Tarik, gigantes en números -el noveno país en renta per capita del mundo- pero enanos en esfuerzo, un vergonzoso vigesimonoveno puesto en el ranking de los países más competitivos, por detrás incluso de estados como Lituania. Y dentro de España, no podía dejar de referirme, por la parte que me toca, a la provincia de Cádiz.
Actualizado: GuardarLa competitividad de hoy es la renta per capita del futuro, la riqueza del mañana. El plan estratégico de la CEOE, de cuya junta directiva soy miembro, no ha hecho otra cosa que plasmar por escrito, para que así conste, los objetivos que debemos perseguir y los medios adecuados para conseguirlos.
Sin lugar a duda, la competitividad con mayúsculas es la gran asignatura pendiente que debe aprobar la economía española en un futuro inmediato para garantizar la sostenibilidad de nuestro crecimiento a medio y largo plazo, apoyándose necesariamente en una serie de pilares básicos.
ADMINISTRACIÓN ÁGIL
Las empresas no sólo deben competir en excelencia sino también las Administraciones Públicas. Por mucho que una empresa quiera ser competitiva, si desperdicia sus recursos en burocracia innecesaria, no lo conseguirá jamás. Por lástima, nuestras AA.PP. no hacen gala actualmente de una alta competitividad.
Padecemos de hiperregulación. En la actualidad, existen 22.500 normas en España que son aplicables en mayor o menor medida a la empresa, hasta el punto de que la cifra de permisos necesarios para montar una fábrica en Murcia puede llegar a superar la cifra de 2.500.
Y en la provincia Cádiz, la situación es todavía más cruda. Encontramos un buen ejemplo en el trabajo que conlleva matricular un coche, teniendo que hacer cola en ventanilla para pagar los impuestos pertinentes, mientras que en otros municipios de España ya se hace por vía telemática.
Por suerte, la Comunidad Europea es consciente de ello y ha alcanzado un acuerdo para reducir la carga administrativa que pesa sobre las empresas al menos en un 25% antes de 2012; acuerdo que ha hecho suyo el Gobierno español y que confío en que llegue pronto a las provincias andaluzas.
Fiscalidad estimulante España necesita de una política fiscal que fomente y no penalice el crecimiento económico y la creación de empleo. El mensaje es transparente y proporcional: a menos impuesto más actividad, más desarrollo y más puestos de trabajo y, por consiguiente, también mayor recaudación.
En este orden de cosas se entiende que se debe seguir la tendencia internacional de reducir el Impuesto de Sociedades, suprimir el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), Impuesto de Sucesiones, Donaciones y Patrimonio. En este contexto, el hecho de que Cádiz sea una de las cinco capitales de España a la cabeza de la presión fiscal sobre sus ciudadanos es motivo, en gran medida, de que esta provincia andaluza se sitúe también en la cola de España en cuanto a competitividad se refiere.
Gigantismo administrativo Necesitamos administraciones públicas eficaces y rápidas que colaboren con los ciudadanos en favorecer un entorno que nos permita desarrollarnos. La Administración pública no debe ser vista como un obstáculo sino como un colaborador necesario.
FACTORES PRODUCTIVOS
Infraestructura logística Probablemente, la ausencia de infraestructura logística es uno de los mayores frenos a la competitividad en la provincia de Cádiz. Nuestras empresas no pueden acceder a suelo asequible ya que el terreno de determinados parques empresariales no está en manos de empresarios sino de especuladores, como lo ponen de manifiesto los últimos datos del CEC, según los cuales, el 95% del suelo industrial de la Bahía de Cádiz está ocupado.
La solución es sencilla. Necesitamos urgentemente nuevos polígonos, con suelo asequible y accesible, sin trabas administrativas. En ese sentido, la fórmula de la concesión -en vez de su venta- que están aplicando actualmente algunos municipios con escasez de terrenos, incide negativamente en nuestra competitividad.
Energía asequible En el plano de la competitividad, no podemos obviar que la energía es prioritaria y, por este motivo, la patronal de empresarios plantea tres propuestas para España: garantizar la seguridad del suministro energético, reducir la dependencia del exterior y liberalizar los mercados.
Aunque muchos no lo crean, la energía más barata y más ecológica es la nuclear. Y aunque cuente con muchos detractores, el coste de no utilizarla, cuando nuestros países rivales sí lo hacen, es la pérdida de competitividad. Por suerte, tanto la energía eólica como la solar son protagonistas en Cádiz. Tenemos una ventaja competitiva muy importante con respecto a otras regiones de Europa.
Investigación social Por otro lado, nos encontramos en uno de los momentos de mayor revolución tecnológica pero, desgraciadamente, la comunidad científica española padece un grave problema de endogamia, ya que la ciencia esta trabajando para ella misma pero no para la sociedad.
La competitividad implica lo contrario. Las investigaciones científicas deben tener una utilidad inmediata para la empresa. La universidad española, en general, y la gaditana en particular, deben trabajar para sociedad y, por derivación, para el sector empresarial.
EXCELENCIA EMPRESARIAL
El futuro está en tener un tejido de pymes gaditanas gestionadas por gaditanos y para los gaditanos. No debemos basar nuestra competitividad en multinacionales que tienen sus centros de decisión fuera de España y terminan por deslocalizarse, sino en pequeñas y medianas empresas locales. Por cada euro que gana una de estas pymes, se reinvierten 78 céntimos en la misma Cádiz, generando así riqueza y perspectivas de futuro. No obstante, no debemos olvidar que para facilitar la creación de este tejido necesitamos de otros factores importantes.
Finanzas sostenibles Éste es el problema del momento. En Cádiz, los planes de reindustrialización que se han puesto en marcha están orientados en la dirección correcta, aunque hay que aplicarlos bien ya que muchas empresas se han quedado fuera del programa de ayudas.
Mercado de trabajo España ocupa el puesto trigesimoquinto en cuanto a la calidad de nuestra educación. Además, existe un claro desajuste entre la cifra de titulaciones y la cifra de empleos, evidenciándose la necesidad de contar con menos universitarios y más obreros cualificados. Aplicado a Cádiz, diría que hoy por hoy no podemos trabajar en lo que queremos pero tampoco queremos trabajar en lo que podemos.
Mejorar la productividad Probablemente, ésta sea la mayor lacra que arrastra España. Nuestro país cuenta un absentismo laboral del 7%, lo que supone 6,4 millones de horas de trabajo perdidas frente a otros países como Francia o Rumania que sólo tienen el 4% o 2%, respectivamente.
Se ha puesto de moda un término nuevo que define el espíritu de lo que debe ser el futuro de las relaciones laborales y de la cooperación en este ámbito. Esta palabra es «flexiseguridad». Una parte debe entender que para ser competitivos es necesario tener contrataciones flexibles y costes de resolución razonables, pero la otra parte debe también comprender el encarecimiento del coste de la vida y la necesidad de garantizarse una seguridad laboral a través de contratos estables.
Reducir la siniestralidad Durante el pasado año se computaron en España un total de 633 accidentes mortales y más de 40 millones de horas laborales perdidas por causa de las bajas. El nudo gordiano del problema reside en los accidentes en operaciones rutinarias, donde muchas veces la confianza y la cotidianeidad hace difícil su control. En otros lugares la solución que se ha dado, como es el uso de protocolos estrictos y el "sistema pokayoque" para determinadas operaciones, está dando muy buenos resultados.
Recuperar actitudes Si me permiten el símil y volviendo atrás en la historia, Cádiz necesita recuperar el espíritu fenicio. Una empresa se empieza con humildad, sacrificio, laboriosidad, austeridad honradez, veracidad y sensatez.
Con humildad, siempre bajando un peldaño. Con sacrificio, es difícil trabajar sólo ocho horas al día y que el sueldo del emprendedor llegue a final de mes . Con honradez, que es la única forma de atraer recursos y personas al proyecto. Con sensatez, analizando fríamente procesos y alternativas.
Necesitamos empresarios que se ilusionen con serlo, con crecer y mejorar, y no con pegar un pelotazo inmobiliario o del tipo que sea. En conclusión, como dice la CEOE, el futuro esta en nuestra competitividad. Éste debe ser nuestro objetivo final.
Tal como versaba el eslogan del último Congreso Nacional de Faconauto, que presido desde hace tres años, «El futuro está en nuestras manos». Debemos elegir y dependiendo de nuestros méritos presentes así será nuestra fortuna futura. Hay que decidirse, como decía Tarik hace ya mas de trece siglos al pie del Guadalete antes de la batalla, entre los desiertos de África o las gruesas riquezas de Europa. ¿Usted que prefiere para sus hijos?..