Un año más

Nuevos tiempos corren en nuestro consistorio y en nuestra ciudad, mucha expectativa, pero hasta ahora parece haber más ruido que nueces. Esperemos que no quede todo en un bluff, que la maquinaria se termine de engrasar, que los socialistas pierdan los complejos, y nos ofrezcan esa imagen de modernidad de la que hacen gala.

Mientras la oposición sigue desaparecida en combate; difícil hacerse notar con una mayoría absoluta.

Hemos asistido a un nuevo episodio de dos viejos conocidos, PA y PSA-PAP que fraguan su historia a base de encuentros y desencuentros, y han escrito un nuevo capítulo que no parece ser más que otro en un ya largo culebrón de final incierto, veremos lo que el tiempo y las urnas les depara. Estaría bien que se convirtieran en una fuerza política que atempere el discurso bipartidista. Pero para ello necesitan definirse políticamente con un discurso lleno de ideas, de las que hasta ahora carecen, porque no basta con decir Andalucía muchas veces, no basta con decir lo que ya no son, no basta con decir qué hacen mal los otros, si no ofrecen alternativas serias, creíbles y posibles.

Todo ello a las puertas de dos nuevas contiendas electorales, que parecerán una sola por aquello de la coincidencia en fechas. Esperemos que en alguna ocasión Andalucía merezca un espacio propio de debate político.

Mientras a la mayoría de las personas nos interesan otras cosas: Se acaba un año y volvemos a poner todas nuestras esperanzas en el venidero, siempre pensamos que este año va a ser el nuestro, que las cosas nos van a ir mejor, que el amor y la fortuna llamarán a nuestra puerta. Así pasan nuestros días, en la ilusión de un mañana mejor, y en la añoranza de un pasado en el que creímos ser felices pero no nos dimos cuenta, atrapados entre el pasado y el futuro dejando que se nos escape lo más importante y lo único cierto el presente.

Sin embargo nuestra vida es un continuo que no se rige por fechas en el calendario aunque queramos adaptarnos a ellas, ni siquiera por citas electorales.