GRAN ESCALA. El Remolacha con Rafael Beas, con limones y rábanos de gran tamaño.
Jerez

El que siembra recoge

Antonio Romero 'El Remolacha' consigue con su labor agrícola que su huerta produzca los limones y los rábanos más grandes de Jerez

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Antonio, El Remolacha, tiene ubicados en Jerez sus dos puntos de encuentro. Uno es el bar de Rafa, en la calle Levante. El otro, como no podía ser de otra forma, también es un bar. En este caso, La Ermita, que desde la Asunción regenta Paco Garrido El mala cara. No sabemos de donde viene el apodo de Paco, pero cualquiera aseguraría que lo que sale de la pequeña huerta que El Remolacha tiene en el Castillo de Doña Blanca no es precisamente género que tenga mala cara.

Los limones son como balones de fútbol, y los rábanos bien podrían servir como misiles tierra-aire si tenemos en cuenta su tamaño. Rafael Beas los enseña tras el mostrador del establecimiento. «Imagínate cómo tendrá que ser el cubata si el limón es así de grande», afirma. No falta razón.

Rábanos

El Remolacha ha llegado con un manojo de rábanos gigantes. Dice que «los acabo de coger del campo. Para mí el campo es mi gran pasión. Sé que es muy sacrificado, pero a mí me encanta meterme en mi terrenito y darle los mejores estiércoles para que después salgan estos limones que estás viendo», argumenta. Dice El Remolacha que «son naturales como la vida misma. Nada de injertos ni cosas raras. Eso sí, mucho mimo y lo mejor que haya para las tierras; nada más», y zanja el asunto del cómo es posible esos tamaños. Y, según comenta Rafael Beas, capítulo aparte necesitaría El Remolacha, con lo que en materia de recolección de caracoles y cabrillas se refiere. «Las mejores cabrillas de la provincia son las suyas», subraya.

Antonio no necesita vender para ganarse la vida. Está operativo todos los días en la gasolinera que está frente a Hipercor, donde se gana el jornal. «Por eso, para mí, el campo es una pasión, lo hago porque me gusta. Así que jamás cobro mis limones o mis rábanos», comenta. Prosigue comentando que «el que siembra recoge». Nadie lo dudaría. Y por el tamaño del producto que arroja la tierra del Remolacha, los favores devueltos deben de ser gigantescos si están con consonancia con los regalo que hace a sus amigos.