EN FORMA. Este puede ser el año del manacorí Rafa Nadal.
TENIS

Australia, clave para Rafa Nadal

Su equipo ya ha preparado la temporada que viene, que comienza el lunes en Chennai, con un objetivo prioritario: arrebatar el número 1 a Federer

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Comienza la temporada y a Rafael Nadal le pasa como a los fumadores. Al final de la pasada, cansado de tantos torneos, tantos kilómetros en las piernas y tanta tensión en cada pista, juraba y perjuraba que dejaría de jugar tanto. Vamos, aquello de «el uno de enero dejo de fumar». Pues no. Pasa lo de siempre, que el vicio de estar en la elite, la ambición de alcanzar a Federer le pueden, a él y a su equipo.

Tampoco es fácil alcanzar esa meta de jugar menos y descansar más. Un vistazo al calendario muestra que hay muchos torneos en los que ha sido campeón, debe defender muchos puntos y hay que jugarlos so pena de dejar escapar al suizo. Y luego está el dinero, que también cuenta. Un ejemplo: a primeros de julio, según acababa Wimbledon, el equipo de Rafa había decidido que no jugaría en Dubai y se centraría en el circuito suramericano: puntos a ganar, tierra batida..., un mercado lleno de petróleo por explotar. No será tal: «¿El circuito suramericano?» -decía Rafa- «No, no lo voy a hacer. Eso era antes. Pero con los Juegos Olímpicos por medio, prefiero Dubai». El quid de la cuestión es que cuando les dijeron a los árabes que no iban a ir, éstos tiraron de chequera y les ofrecieron -a Rafa y a Federer- un millón de dólares a cada uno para que disputaran el torneo. Y ante eso no hay nada que hacer. Ni puntos ni gloria ni número uno...

Aunque eso no quiere decir que se pierda de vista el objetivo prioritario: cazar al suizo. Y eso pasa por el Open australiano, donde Nadal y los suyos van a ir con todo. Sucede que Federer defiende título, luego ahí no va a ganar puntos, pero Rafa sí. Rafa cayó el año pasado en cuartos: aquel partido ante Fernando González en el que fue derrotado después de acusar unas molestias en el recto. El español consiguió 250 puntos, pero si logra llegar a la final, sólo con llegar, le metería a Federer 450 puntos de un golpe y, si encima gana, serían mil, con lo que restaría 750. Ahora mismo el suizo tiene una renta de 1.445 puntos sobre el mallorquín. A partir de dejarle en 695 puntos todo es posible y el sueño estaría bastante más cerca. Es por eso que Rafa se va a cuidar en este principio. Hoy viaja a la India para disputar el torneo de Chennai y desde ahí, descanso hasta el mismo torneo de Australia, que experimenta con pista nueva: «No sé cómo es. Me han dicho que rápida, pero no puedo aventurar nada. No he jugado en ella».

Esta temporada es algo especial. Hay Juegos Olímpicos y eso, de alguna manera, aprieta el calendario porque, además de los torneos habituales, los tenistas tendrán China y la ambición natural por las medallas. Eso, en el caso de Nadal, podría condicionar la temporada norteamericana. Su tío y los responsables de su salud intentarán conseguir la mayor parte de puntos en arcilla para luego poder dosificar la temporada de pista dura, pero también en ese aspecto hay problemas. Por ejemplo, no puede renunciar a Indian Wells porque defiende título. Si renovara podría darse el lujo de no jugar en Miami pero, como dice el propio Nadal: «A tanta distancia de tiempo no puedo decir si voy a jugar esto o lo otro. Son los resultados los que dictan el calendario». En realidad, la aspiración es intentar cosechar muchos puntos para así poder dar de lado torneos como Cincinatti o Montreal. Incluso, sería bueno pasar de alguno entre los de Hamburgo, Suttgart o Barcelona, pero con la de puntos que Rafa tiene en ellos (ganó los dos últimos y fue finalista en el primero) es una empresa que se antoja imposible.