El año del clima
El año 2007 ha sido clave en la lucha contra el calentamiento global. De las incertidumbres con que se recibía en el mes de febrero el informe del Panel de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, se ha pasado en doce meses a situar el calentamiento de la Tierra como una prioridad en la agenda mundial. Conseguir acordar -como se ha hecho en Bali- un proceso de negociación global para sustituir en 2009 el protocolo de Kyoto bien puede calificarse de hito histórico. Y lo es porque pese a las reticencias de los países más contaminantes, la comunidad científica ha conseguido hacerse oír y convencer a la sociedad de que nos encontramos ante el gran desafío del siglo XXI. Significativo es que el premio Nobel de la Paz se haya concedido este año al ex vicepresidente Al Gore -oscarizado también por su documental Una verdad incómoda- y al Panel Intergubernamental por el Cambio Climático de la ONU.
Actualizado:Responsabilizar en exclusiva al vertiginoso proceso de industrialización que hemos vivido en el último siglo y medio es algo sobre lo que no hay consenso. Pero la imposibilidad de cuantificar exactamente el grado de "culpabilidad" de la actividad humana en el calentamiento global no ha sido óbice para que por primera vez en nuestra historia común, la comunidad internacional acepte que es imprescindible poner en marcha medidas par no legar a las generaciones venideras un planeta insostenible; verdaderamente nunca antes el mundo se había puesto tan de acuerdo en trabajar por los que vendrán después de ellos. Datos empíricos como el incremento de la temperatura media en 0´74 grados en los últimos cien años, el aumento del nivel del mar comprobado desde 1961 y la reducción de la extensión de hielo en un 7´4% cada década, unidos a exhaustivos documentos sobre el impacto económico mundial como el "informe Stern", han terminado por convencer a los gobernantes de que es mejor actuar antes de que no haya opciones. Y en este sentido, la reducción en las emisiones de gases contaminantes en la Europa de los Quince, que se acerca al 8% contemplado en Kioto, se ha convertido en el acicate más esperanzador al demostrar que es posible combinar crecimiento económico y respeto medioambiental actuando sobre cuatro pilares fundamentales: mitigación, adaptación, tecnología y financiación. 2007 ha sido el año del clima, y 2008 debe ser el del inicio de la cuenta atrás.