Lo que que dio de sí 2007
E2007 habrá sido un año de transición con atisbos de que en 2008 lo bueno y lo malo vayan revelando sus desenlaces. Para España, las elecciones generales de marzo son cruciales. Las norteamericanas de noviembre afectarán a todo el mundo. Mientras Tony Blair salía por el foro, uno de los personajes más espectaculares de 2007 ha sido Sarkozy desde su elección presidencial a su separación e inmediato vínculo amoroso con la despampanante Carla Bruni. Hugo Chávez es otro personaje inevitable, atajado por el Rey Juan Carlos en la cumbre de Santiago de Chile. «¿Por qué no te callas?» habrá sido una de las frases del año. Chávez perdió el referéndum que iba a darle poderes de excepción. Otro personaje es Vladimir Putin, émulo eslavo de Maquiavelo y hombre del año según el semanario Time, además de tener una mano puesta en la espita de los oleoductos. De Irán, al final se suponía que no iba a tener la bomba atómica tan pronto. China ha estado penetrando económicamente en toda África. La Unión Europea, en fin, ha aprobado un Tratado Constitucional de mínimos y con el reloj parado.
Actualizado:El juicio por los atentados del 11-M concentró nuestra atención. Hubo teorías conspiratorias de todo tipo y al final el tribunal fue claro y determinado en su sentencia. Pasábamos página, incluso los teóricos de la conspiración. Hubo acontecimientos más episódicos: el culebrón todavía inacabado de la niña británica Madeleine McCann, la llamada violencia de género, la saga del cambio climático o el inicio de una etapa de inquietud para más de ocho millones de hogares españoles con hipoteca que pagar. El año ha ido concluyendo con un IPC en aumento y los esfuerzos de Rodríguez Zapatero para que no cunda la psicosis de deterioro económico en período pre-electoral. Bajan las ventas de coches, crisis inmobiliaria.
La negociación del Gobierno socialista con ETA quebró el viejo consenso antiterrorista. Las partitocracias se lanzaron a la charca como caimanes. De Juana Chaos se daba a conocer. Al final, los atentados de ETA acabaron con la esperanza ilusoria y la sentencia del caso Ekin puso las cosas más claras al identificar como entrañas de ETA lo que hasta ahora cierto candor mantenía en la indefinición colateral. Recomenzaba el acoso a ETA.
En Cataluña, el segundo tripartito topaba con un malestar ciudadano atizado por el desastre del aeropuerto del Prat, el mal trazado del AVE o el fallo de los trenes de cercanías. CiU se decantaba hacia el soberanismo. Paulatinamente, la España política entraba en campaña electoral, tiempo antes de lo debido. El PNV descabalgaba a Imaz, Ibarretxe aseguraba que los vascos iban a votar sobre su independencia en octubre de 2008. Los independentistas radicales quemaban fotografías del Rey en Cataluña.
2007 ha sido un año más de media botella vacía que medio llena. Prosigue la guerra en Afganistán y el caos en Irak, Oriente Medio no está claro, en Pakistán puede ocurrir cualquier cosa. La independencia de Kosovo parece un hecho inevitable. Desde una perspectiva global, 2007 ha sido, sobre todo, el año de la petropolítica, representada en distintas variantes por Venezuela y Rusia. El terrorismo sigue en su derrotero de muerte y destrucción. Mientras tanto, no pocos analistas insisten en que la economía mundial está en un buen momento, en uno de sus mejores momentos. Sin embargo, tanto en América como en Europa se respira una cierta ansiedad colectiva. Al ser derrocado el muro de Berlin, el mundo bipolar pasó a ser unipolar y ahora estamos en el entreacto entre esa unipolaridad representada por los Estados Unidos y la articulación dificultosa de estrategias multilateralistas. En alguna medida, en las elecciones primarias, en Iowa o New Hamsphire, irá decantándose el perfil del futuro inquilino de la Casa Blanca. Para bien y para mal, no poco dependerá de eso.