Schuster felicita a su equipo y Rijkaard no tira la toalla

El entrenador del Real Madrid, Bernd Schuster, aseguró ayer que la clave de la victoria ha radicado en la capacidad de su equipo para mantener al Barcelona alejado de su portería y confesó que se lo pasó «bastante bien» durante el partido.

«Me lo he pasado bien», comentó un prudente Schuster en la sala de prensa del Camp Nou, «porque mi equipo ha trabajo bien, hemos pasado un buen rato, pero no diría que ha sido una victoria fácil».

El técnico alemán explicó la victoria de su equipo en la capacidad de los suyos de anular al Barça. «Les hemos mantenido lejos de su portería, que es lo que pretendíamos, obligándoles a buscar las bandas y tapando el centro para evitar las paredes de Eto'o, Iniesta, Deco y compañía en la frontal del área», expresó.

«Que el Barcelona se quede sin marcar en casa lo dice todo», resumió el entrenador del Madrid.

Por su parte, Frank Rijkaard, confesó que su equipo no estuvo inspirado y animó a sus jugadores a digerir la derrota cuanto antes para seguir peleando por el título de Liga.

«No ha sido la noche del Barcelona», admitió el técnico holandés, que destacó que el gol del Real Madrid dejó muy tocado a su equipo. El holandés también lamentó que su equipo haya perdido «demasiadas pelotas» y que la defensa del Madrid «haya apretado muy bien».

«El Real Madrid ha jugado bien, ha cumplido su trabajo, y el Barcelona ha hecho de todo; hemos tenido esperanzas hasta el último momento», resumió.

El preparador del Barça reconoció que el Madrid hizo «muy bien» su trabajo y que «no nos ha permitido tener ocasiones". También elogió «el peligro del contragolpe» de su rival.

«Hasta el último momento esperaba que pudiera cambiar el resultado y hemos luchado por ello, pero ha sido complicado crear ocasiones, estaban muy bien organizados, desde atrás, con muchos jugadores detrás del balón y mucho peligro en los contragolpes2, dijo. Cuestionado sobre el papel de Ronaldinho, Rijkaard aseguró haber visto al brasileño «con una buena actitud», al igual que el resto de sus compañeros.

Rijkaard se resistió a dar por perdida la Liga pese a los siete puntos de ventaja del rival.