Sobrevivir en tiempo de excesos
Los médicos aseguran que para disfrutar de unas Navidades más sanas no es necesario privarse de ningún alimento, sólo comer y beber con moderación
Actualizado: GuardarNo hay dietas mágicas ni recetas milagro. La Navidad está a la vuelta de la esquina y se presenta cargada de todo tipo de tentaciones: marisco, polvorones, pescado, mazapanes, vino, jamón, y una lista interminable de alimentos y bebidas a los que será difícil resistirse. Antes de que las fiestas arranquen oficialmente, los profesionales sanitarios recuerdan que la moderación en estas fechas es importante. Y no sólo por comenzar el año sin un par de kilos más, sino para mantener un buen estado de salud, sobre todo en aquellas personas que tienen un problema de base, como la diabetes, el colesterol, la obesidad o la hipertensión.
Lo normal en estas fechas es comer alimentos que no se consumen habitualmente, como el cordero o el marisco, y hacerlo en grandes cantidades. El exceso de grasa, azúcares y alcohol puede provocar trastornos gastrointestinales que deriven en vómitos, diarrea y malestar general. Estas son las consecuencias más frecuentes que los atracones navideños producen en la población general, según explicó Enrique Alcaraz, director del centro de salud de La Laguna, en Cádiz. Sin embargo, la mayoría de los cuadros son leves y remiten con el reposo adecuado.
Ningún alimento es malo en sí mismo, siempre que se consuma con moderación y, por tanto, para vivir una Navidad saludable no es necesario suprimir ningún componente del menú tradicional. Tampoco influye el hecho de que en una misma comida se mezclen diversos tipos de alimentos. Según Alcaraz, la mayoría de los problemas gástricos se producen por un consumo excesivo de alcohol. Por eso, resulta conveniente eludir las bebidas de alta graduación y evitar las mezclas. Una forma moderada de consumo de alcohol consiste en tomar el equivalente a dos copas de vino tinto. El alcohol no quita la sensación de sed.
Riesgo cardiovascular
Capítulo aparte merecen los pacientes con factores de riesgo cardiovascular, que tienen que someterse a un control más estricto para evitar que se descompense su estado de salud. Son quienes lo pasan peor en estas fechas, porque se ven obligados a privarse de algunos manjares. Pero, al estar vigilados por su médico de familia, conocen qué alimentos pueden comer y cuáles no, y saben hasta dónde se pueden pasar.
El consejo en cualquier caso es actuar con mesura para no caer en excesos perjudiciales. «Si uno se pasa un día debería comer menos o hacer un poco de dieta los días siguientes, porque el problema de estas fiestas es que son muchos días seguidos», señaló Alcaraz. Es bueno «desengrasar» el organismo pasadas las fechas clave comiendo varias raciones de frutas y verduras, que son ricas en antioxidantes..
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