El inconcluso pabellón
La Navidad es la fecha perfecta para acordarse de los marginados y en Cádiz hay un pabellón marginadito, solito, que está inconcluso y que no ha visto una pelota ni de ping pong. El pobre pasa sus días frente al Parque Genovés y el último obrero que estuvo trabajando en su interior fue el mismo que hizo la cúpula del oratorio de San Felipe Neri... allá por el siglo XVIII.
Actualizado: GuardarEl inconcluso pabellón del casco antiguo suspira por acoger algún día un partido de fútbol sala, aunque sea del apasionante campeonato interpeñas, y le susurra al oido a las comparsas cuando pasan para actuar en el Falla para que le canten un pasodoble denunciando su situación, pero ellos le evitan y le piden silencio porque tratan de ultimar el pasodoble a la marcha de Lucas Lobo, que ha dejado al Cádiz abandonado como una novia a la puerta de la iglesia de La Palma.
Fue allá por el siglo XX cuando el Ayuntamiento de Cadisí, el que sonrie de forma permanente, el que pone vallas contando milagros hasta en el antiguo cementerio, puso la primera piedra del pabellón... pero solo eso, la primera piedra, las demás la deberían de poner una cuadrilla de cangrejos venidos desde la Caleta.
El pabellón deportivo del casco antiguo, que debería dar servicio a varios barrios de la ciudad, lleva ya más de siete años en obras y nadie sabe que le ocurrió al pabelloncito, porque durante años los Reyes Magos no le han llevado cemento, arena y agua en forma de regalo para hacer una mezcla milagrosa y hacer que se haga en él el final de las obras.
Es necesario que entre todos iniciemos una colecta en la plaza del Mentidero, que Polanco regale unas maderas y que Rossi, ahora que ha estrenado edificio en la Zona Franca, done unos sacos de aguaplá y un resto de serie de azulejos blancos para terminar los vestuarios. En Cádiz que tanto gusta luchar porque no nos quiten algo, debemos ya fundar una plataforma por este pabellón marginado, porque aunque esté inconcluso, como el paso de la Santa Cena, es ya algo nuestro, como el edificio de la Aduana.
Todo sea por ayudar a nuestro Ayuntamiento y a su alcaldesa, gracias una vez más doña Teófila, que no tiene dinero para acabar las obras y es comprensible que hay otras cosas más urgentes en que gastarse los millones como los tres marcadores, tres, para el estadio Carranza, y es que es verdad es que hacían falta los tres porque es que en esta ciudad hay mucha gente que ve muy poco.
Querido pabellón inconcluso del casco antiguo, en el séptimo aniversario de tu primera piedra, va hoy mi recuerdo y con esto concluso, eah.