LUCES Y SOMBRAS

Cuestión de prioridades

Durante los días navideños los parlamentos nacionales y autonómicos junto con las administraciones locales se esfuerzan para tener listos, antes de fin de año, sus respectivos presupuestos por así exigirlo la ley. Sin embargo, muchos ayuntamientos retrasan su aprobación porque encuentran graves dificultades para equilibrar ingresos y gastos. Otros, sortean con habilidad las dificultades financieras y cumplen con los plazos legales pero a base de inflar unos ingresos que nunca se producen. Al final, el déficit terminar dando la cara.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A pesar de la importancia que tienen los debates presupuestarios los ciudadanos no le prestan mucha atención. Si tuviéramos un mínimo de curiosidad podríamos comprobar en qué gastan los gobiernos los impuestos que pagamos y que objetivos pretenden alcanzar. Como los recursos siempre son escasos y las necesidades infinitas se impone la determinación de una serie de prioridades en cuanto a la consecución de esos objetivos. Y es aquí donde entra en juego la política económica. Ya hace años, Paul Samuelson, premio Nóbel de Economía y magnifico pedagogo, explicaba muy bien que la actividad económica implica una elección entre medios insuficientes y objetivos prácticamente ilimitados.

Esas breves reflexiones sobre presupuestos y políticas económicas vienen a cuento porque tengo la impresión que en estos últimos años se intenta satisfacer innumerables necesidades que casi nunca se ven plenamente satisfechas. Ningún país se puede desarrollar adecuadamente sin disponer de buenas infraestructuras y de unos servicios públicos adecuados. Bueno, pues a pesar de que esto es una pura obviedad nos encontramos con algunos servicios públicos imprescindibles para la sociedad que presentan serios síntomas de deterioro. La calidad de la sanidad, por ejemplo, empieza a preocupar a los ciudadanos. En muy poco tiempo se ha incrementado considerablemente el número de beneficiarios a consecuencia de la inmigración pero las plantillas del personal sanitario permanecen prácticamente inalterables. A pesar de que contamos con buenos profesionales, la masificación de los centros sanitarios afecta a la calidad del servicio y a veces puede provocar errores de diagnósticos con consecuencias fatales. De la educación que reciben los estudiantes más vale no hablar. Según se desprende de un conocido informe divulgado por los medios de comunicación, el porcentaje de alumnos andaluces que tiene dificultades para asimilar lo que leen es muy elevado. Las faltas de ortografía entre estudiantes universitarios son bastante frecuentes. La administración de justicia es demasiado lenta y por tanto menos justa. Esa lentitud, en más de una ocasión, tiene repercusiones económicas muy negativas para la sociedad. La reforma de la Administración continúa siendo una asignatura pendiente. No es de recibo que en pleno siglo XXI los administrados tengan que sufrir un verdadero calvario para obtener los documentos que les interesan, muchos de ellos de carácter obligatorio.

Por todas esas razones, esos servicios públicos y otros muchos se hacen acreedores de un trato más que prioritario en los presupuestos. Lo demás, como dicen los Santos Evangelios, se nos dará por añadidura.