MARCIAL. Karzai (izquierda) y Sarkozy pasan revista a la guardia que les rindió honores en el aeropuerto de Kabul. / AFP
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Sarkozy viaja por sorpresa a Kabul para reafirmar su apoyo a Afganistán

El presidente francés asegura que «aquí está en juego una guerra contra el terrorismo que no debemos perder» Trece militares galos han muerto en el conflicto desde 2001

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El presidente Nicolas Sarkozy realizó ayer una visita sorpresa de seis horas a Kabul para reafirmar el apoyo de Francia a la reconstrucción de Afganistán y la lucha contra el terrorismo, y alentar a los 1.600 militares franceses presentes en el país en vísperas de Navidad. «Aquí está en juego una guerra contra el terrorismo, contra el fanatismo, que no podemos y no debemos perder», enfatizó Sarkozy al término de una entrevista con su homólogo afgano, Hamid Karzai, en el palacio presidencial de Kabul.

El jefe del Estado francés llegó a la capital afgana acompañado por el ministro de Defensa, Hervé Morin y la secretaria de Estado para los Derechos Humanos, Rama Yade. El ministro galo de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, le esperaba ya en Kabul, a donde llegó procedente de India.

Nada más pisar tierra afgana, Sarkozy tuvo «una reunión confidencial para analizar la situación» con el comandante en jefe de los 40.000 hombres que forman la Fuerza de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (Isaf) de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el general estadounidense Dan McNeill.

A continuación mantuvo una entrevista privada con Karzai, que luego se amplió al resto de la delegación francesa. Al término de ese encuentro, Sarkozy subrayó la necesidad de actuar «para que Afganistán no se convierta en un Estado terrorista», como pasó durante el gobierno de los talibanes (1996-2001), cuando fueron expulsados del poder por una coalición internacional liderada por Estados Unidos debido a su apoyo a Al-Qaida. «No queremos que Afganistán se convierta en la retaguardia del terrorismo mundial», agregó el inquilino del Elíseo al recalcar que Francia «ha pagado el precio de la sangre» su esfuerzo para consolidar la democracia en el país asiático.

Desde finales de 2001, trece militares franceses han muerto en suelo afgano, donde actualmente están desplegados unos 2.000 soldados, 1.600 de ellos en Kabul y 400 en misiones de formación dentro de unidades del Ejército afgano. Este año ha sido el más sangriento en Afganistán desde la caída del régimen talibán, con más de 6.000 personas muertas en combate. bombardeos y atentados suicidas, muchas de ellas civiles.

«Los 2.000 soldados franceses no son una fuerza de ocupación», aseguró Sarkozy al precisar que los motivos de su viaje eran apoyar a Afganistán y «animar» a las tropas francesas, con las que tenía previsto almorzar. «Estamos aquí para ayudar a las autoridades legítimas afganas a luchar contra los traficantes de droga, los talibanes y Al-Qaida», añadió Sarkozy.

Refuerzo

La presidencia francesa había indicado que el objetivo del viaje a Kabul era «reafirmar el apoyo y el compromiso de Francia con el proceso de estabilización y reconstrucción de Afganistán». Sin querer comprometerse con el refuerzo de tropas solicitado por Estados Unidos a sus aliados en la OTAN, Sarkozy indicó que, «probablemente reforzaremos la presencia» de los militares franceses que colaboran en la formación del Ejército afgano. Francia tiene previsto enviar antes del verano de 2008 a unos 50 instructores a la inestable provincia de Uruzgan para apoyar a las tropas holandesas.

En su visita a Washington el 7 de noviembre, Sarkozy aseguró en un discurso ante el Congreso que su país seguirá comprometido militarmente en Afganistán «tanto tiempo como sea necesario». Pasadas seis horas desde su llegada, el presidente francés y su delegación partieron de Kabul rumbo a Francia, previa escala en Dusambé, capital de la vecina Tayikistán. Como ocurrió a su llegada a Kabul, el aparato presidencial fue escoltado en el aire por dos Mirage.